a) La época de las ostracas de Iruña-Beleia, fuente de herejías
Resumiendo, la gran herejía de la cristianización de Iruña-Beleia fue la imposición del injusto patriarcalismo religioso y político a una población que confesaba y veneraba a la Diosa Madre. Además de la prueba general de los escritos sobre la Religión Primitiva del Pueblo Vasco, tenemos dos testimonios hallados in situ de Iruña-Beleia entre los restos apartados por los invasores: el ara dedicada a la Diosa Madre de Iruña-Beleia por un devoto confeso de la Diosa y el hallazgo bajo tierra de la imagen decapitado de una “Dama” de gran tamaño. Llamado “Dama de Beleia”. Es lo que hizo Roma por toda Iberia.
Se discutió este cambio radical de la divinidad, declarando herejes a los seguidores de la Diosa Madre, según la costumbre del Imperio. A todo esto, los griegos de vasco y micénico eritsi “parecer” hacen heresis “hereje”, para podar a los contrarios. Los cristianos lo tenían fácil. No tenían idea de inculturación que ahora enseña la Iglesia.
Todo esto se discutía sobre todo en la Casa Valentina de Iruña-Beleia donde funcionaba una catequesis de niños, guiada por diversos maestros, propios y extraños al parecer.
b) Herejias de los advenedizos
Los advenedizos mayormente eran soldados del Ejército Romano, allegados de Oriente y Africa del Norte, entre los que había cristianos que ejercían de misioneros. Enrolados en el Ejército, misionaban al mismo tiempo a la gente rural, alejada de la cultura de las urbes.
Muchos soldados eran adoradores de Mitra, religión oriunda de la escuela de Hormuz en Irán. Uno de sus ritos consistía en bañarse en la sangre del toro, para obtener su vigor. Otros eran más adeptos a la adoración del Sol Invictus, que les recordaba el triunfo solar de todo contratiempo de embate atmosférico representado en la insignia de aro alado.
c) Devoción solar en Iruña-Beleia
Los nativos de Iruña-Beleia celebraban los solsticios de verano e invierno con los ritos llamados de Ekain “máxima altura solar” y en Oronzaro “tiempo de Orus” o Subilaro “tiempo tronco encendido” que calentaba las casas. En la hoguera del solsticio de verano, la quema de zarzas simbolizaba la limpieza de toda maldad moral y física y en el Subilaro constituía la casa misma como lugar sagrado.
Gracias a la presencia continua del “fuego” su el “hogar” sute, la casa era, purificada por la presencia de Utu>su “sol” y se consideraba como lugar sagrado y el Subil “el tronco encendido”, como toda leña de suatze “árbol” era el centro litúrgico oficiado por el ama de casa que ejercía como de sacerdotisa nata. El hombre traía la leña y la mujer cuidaba el fuego, ez biztu, ez itzali “ni llamees, ni te apagues” (J.Mª Satrustegi).
Entre las oraciones dedicadas al dios Sol se citan las del pastor de Gorbea: Eguzkia ba doa bere amagana, bihar etorriko da, denbora ona bada “el sol ya va hacia su madre, mañana vendrá, si atempera”, o esta otra: Gaur poztu nauzu, eguzki, zatoz bihar ere, poztu naitean “hoy me has consolado, Sol, ven también mañana, para que me consuele”. (E. Sorazu).
El “sol” eguzki era, por lo demás, el amigo del camino y el jaleo diario y magia de resurrección tras la noche de la muerte, como testifican las numerosas estelas de cabeza redonda de rayos solares, llamados harrigizon “hombre de piedra” (mágicos) o Iduzki Saindu “Santo Sol”.
d) “Gure Aita”, la oración cristiana
El “Pater noster” Gure Aita es la oración cristiana por excelencia, cuyo rezo implicaba la confesión de la nueva religión del salvación, cuya letra seguía “qui es in caelis” zeruetan serana. El guru nativo y el maestro advenedizo comprendió la objeción de conciencia que esta traducción plateaba a la religión de los nativos, ya que los símbolos materno-paternos eran arquetipos reconocidos en el entorno mediterráneo. Admitirían, por lo tanto, Pater Aita, pero no arrebatarían a la “Madre” Ama su sitial de honor y traducirían sutan serana “que eres ardiente”. La fórmula gustó también a los del Sol invictus , así que la fórmula Pater noster qui es in caelis la tradujeron así: Gure Aita sutan sarena “Padre nuestro que eres ardiente”.
Pero ¿por qué eres y no estás?” Por objación de lengua que expresa la diversa forma de ser o estar de la Madre y del Padre. Recordemos a Isis coronada de su trono o también la forma está sentado del credo cristiano. Estar “sentada” eseri era la actitud típica de la Diosa Madre y “estar de pie” egon, del Padre. De eseri viene >essere>ser y assier en diversos románicos. Traductores modernos han traducido Aita gurea zeruetan zagozana “Padre nuestro que estás en los cielos”.
e) ¿Herejía o sabiduría?
Los maestros de la Iglesia católica, podrían aprender bastante de los maestros de la Casa Valentina de Iruña-Beleia en la inculturación de los pueblos en la fe del Evangelio, si ésta no hubiera quedado atrapada en la rémora milenaria del injusto patriarcado, el mismo que en plano académico ponen coto al euskera y judicializa en el político al pueblo que la mantiene.
Día vendrá, sin embargo, y está llegando, en que se podrá traducir y rezar,“Gure Ama zeruetan sarena…” sin que por ello nadie nos tilde de herejes o nos afee más con “hable usted cristiano”, pues la Diosa Madre, es un arquetipo inherente a la persona.