Introducción
Ya hace un tiempo que le voy dando vueltas al significado de una palabra con tanta enjundia como es “beles” en la lengua ibera. Primero creí que podía tener relación con el tema de la guerra, “bélica”, también con el hecho de la vigilancia, por aquello de “velar”, o “vetllar” como se dice en catalán, es decir, vigilar.
Últimamente creí encontrar un referente en el hecho de que “abell”, llamar, podría ser el significado de la raíz “bel” por su relación tan frecuente con las personas, pero no tenia demasiado sentido tanta llamada, y menos cuando los nombres que acompaña “beles” son nombres comunes. Por eso, cuando encontré en el vasco la relación de la raíz “bel” con la ‘generación’, ‘parentela’, ‘familia extensa’, he creído que valía la pena dar a conocer este posible hallazgo dentro del campo semántico.
Eduard Selleslagh, cuando analiza la palabra en cuestión, a parte de descartar “beltz”, ‘negro’ en vasco, por no ser pertinente, da posibles relaciones con otras palabras de origen urálico o altaico. Pero hay un momento de su exposición que dice que la raíz, creo que “bel” o algo muy parecido, también significaba: ‘relacionado’, ‘emparentado’, ‘perteneciente a un grupo’ y pone al lado “vel sim.”, que supongo responde a una lengua derivada del tronco urálico. Lo menciono porque creo que si, es por este significado por donde encontramos la explicación de las palabras que forman compuestos junto a “beles”, “bels” y “belaur”.
Índice de capítulos:
- La raíz “bel”
- Significado físico de la raíz “bel”
- Significado cinético de la raíz “bel”
- Significado aplicado al mundo de lo humano
- Participación de “beles”, “bels” y “belaur” en los formantes iberos
1. Intentando encontrar un valor semántico adecuado para la palabra ibera “beles”, que resulta muy frecuente en palabras compuestas de dos términos, puse en práctica un método que siempre me ha dado muy buen resultado. Se trata de la comparación de todo tipo de palabras, de diferentes lenguas, que contengan la raíz que creo es la base y núcleo de “beles”, es decir, “bel-“, ya que “-es” como “-s” o “-aur” serian morfemas o otra palabra que entra en composición. Se trata, pues, de una raíz típica secundaria, compuesta por consonante más vocal más consonante. El parecido fonético es nuestra guía, teniendo en cuenta las variables alófonas de “bel”, tal como son “pel”, “vel”, “fel”,… lo que nos lleva a localizar fácilmente palabras para poderlas comparar desde su aspecto semántico. Aquí la cosa se pone mucho más difícil y se puede caer en la tentación de ver en cada palabra una palabra distinta, sin relación con las otras, que, por supuesto, aparentemente tienen orígenes distintos. Estos distintos orígenes y distintos significados, cuando se examinan a fondo se ven su entronque, su relación desde un significado básico. Pero la mejor manera de rescatar este significado primario, básico, es ir analizando palabra por palabra, comprando sus significados, que vamos induciendo, hasta llegar al convencimiento de que verdaderamente hay una unidad de fondo, un solo significado verdadero que luego podemos fácilmente ir deduciendo de otras palabras, sin el esfuerzo inicial.
2. El parecido de “bel”, desde el punto de vista físico es el más fácil de ver: la vela de cera, la vela del barco, el vello, el pelo, el velar, el velo, eso sin ir a otra lengua como la vasca, donde encontramos “belar”. ‘hierba’. En t5odas estas palabras nos dibujamos una cosa que se levanta, se planta perpendicularmente sobre otra, se separa del suelo o base y se extiende hacia afuera, hacia el exterior. También en latín encontramos palabras como:
“velamen”, cobertor
“velatus”, soldado de reserva. En el sentido de estar de pie, alerta, vigilante, por si es necesario intervenir en la pelea.
“velarium”, cortina
“velificio”, hacer vela, navegar
“veles”, soldado de infantería, tan parecido al anterior, y porque esta de pie, plantado.
“vellis” lana, piel
“velo”, cubrir, vestir
“velum”, vela
“pellitus”, cubierto de pieles
“fel”, hiel, bilis, por ser un órgano que aparece perpendicular al tubo digestivo.
En vasco también encontramos algunas palabras:
“bela”, vela de barco
“belaika”, pala de carbonero, por su situación perpendicular a la carbonera.
“belar”, hierba
“belaiki”, oído, oreja
“belaun”, rodilla, aunque también ‘generación’, que luego veremos como un significado muy importante, y relacionado también con todos estos.
“belauniko”, de rodillas
“belaunpe”, corva de detrás de la rodilla
“beleta”, acelga, aunque muy parecido a la “bleda”, acelga en catalán, ya que es una hierba un poco más ancha de hoja y alta.
Pero no es solo el valor físico que podemos analizar y visualizar en las palabras, como es la forma de la vela, o de un velo, o de un pelo, o de una hierba. Hay un tipo de palabras muy importante que tienen un parecido no físico, como son las de impulso hacia afuera, la de algo que se separa y empuja al exterior. Son imágenes no estáticas, como en las cosas físicas, sino cinéticas, de movimiento, que suele dar más nombres a verbos, a acciones. Es decir, son cosas que parten de un lado, “-el”, y se separan hacia afuera, “b-“, aunque también a la inversa, hacia el interior.
3. Veamos unos cuantos ejemplos en las lenguas antiguas, tal como son el latín y el vasco. Seguramente que no agotaré la lista de posibles, pero cada uno puede añadir aquella que crea se ciñen a los requisitos marcados de significante y significado. Primeramente desde el vasco:
“belaunaldi”, que es una derivada de “belaun”, y comparte significado físico con ‘rodilla’. En este caso “aldi” significa ‘tiempo’ y en conjunto la palabra significa ‘tiempo de generación’, generación de diferentes padres a hijos, el tiempo o impulso que forma un linaje, una familia en el sentido hereditario, la regeneración de cada nacimiento respecto a sus anteriores y progenitores.
“belaunezko”, descendiente, dentro de este sucederse generacional
“belaxka”, blanco, es un sentido inverso del movimiento: aquello que en su impulso es introducido en un material blando.
“beldur”, miedo, temor, una manera de adentrarse y retroceder delante de la agresión.
“beldor” gusano
“belena”, callejón sin salida. Otro ejemplo trasladado a las calles y el urbanismo.
En latín podemos encontrar:
“vellico”, pellizcar, picar
“vello”, arrancar, arrebatar, movimiento que en su impulso extrae una case de la base o suelo.
“pellicio”, atraer
“pellis”, sacar la piel
“pelda”, escudo ligero, que frena los embates y golpes enemigos.
“bello”, guerrear, pelear
“feles”, gato salvaje
“belua”, bestia
Y palabras que sin ser del grupo de significado físico, si que comparten algo con ellas y con las segundas, tanto por su forma como por su movimiento:
“belles”, bello
“belle”, bellamente, ya que son formas que se impulsan hacia afuera y movimientos que refuerzan estas formas. En otro grupo encontramos las palabras vascas:
“beltz”, negro, relacionada con el impulso del sol, introduciéndose en la tierra y apagando los colores.
“belu” tarde, igual significado que “beltz”.
“bele” cuervo, quizás esta ave adquiera su significado de una forma secundaria por su color negro.
“beltzuri”, ceño, ya que en el se encuentra la parte blanca entre las cejas negras que le acompañan.
Antes de finalizar este capítulo querría analizar las palabras de origen latino que tienen su raíz en “Abel” formando palabras como:
“appello”, dirigir la palabra, llevar, conducir, que ha dado como resultado palabras al castellano como “apellido”, “apelar” o al francés: “apeler”, llamar. Aunque este verbo lleva una “a-“ antepuesta creo que pertenece al mismo grupo que las palabras anterior, trasladado al movimiento de la palabra y la voz que sirve para llamar, para atraer persona o animales a nuestro mandato. Es muy probable que la raíz “bel” fuera anteriormente “Abel” y por efecto de las lenguas indoeuropeas, que tiende a recortar las vocales iniciales, quedara en general reducida a “bel”, aunque no en el caso que acabamos de ver.
4. Esta raíz se relaciona con las personas, ya que, a parte de que algunos partes del cuerpo humano puedan representarse por esta raíz: oreja, rodilla,… el movimiento que genera el procrear, el suceder de nacimientos de una generación a otra, formando todo un entramado de relaciones parentales, hace que sea pertinente aplicar este significado al de linaje, generación, descendencia, familia extensa, parentela, etc. –estos nuevos y viejos seres que los procrean forman un impulso que es definido por la palabra vasca: “belaun” y “belaunaldi”. En “belaun” tenemos el morfema bastante reproducido: “-un”, que forma adjetivos y que tiene el significado de: ‘que tiene’. Este morfema junto a “bela”seria la relación que mantendríamos con la raíz “bel-“, aunque podríamos añadir a “bel” la vocal “a” como morfema de cosa externa, que formaría luego la base del articulo determinado vasco “-a”, el o la. Por lo tanto podemos deducir como valor semántico para el caso ibero de “bel-es” el de ‘generación’ o más fácilmente familia extensa, linaje. De aquí que tengamos -2bel-es” como un adjetivo acabado en –es, del tipo “montañ-és” o nombre del tipo “vej-ez”. “Bel” seeria algo así como el pariente, el engendrado, el generado, el familiar, etc. “Bel-s podría ser la suma de la raís “bel” más el verbo ‘ser’ en su mínima expresión: “te” o “tz”, a veces solo escrito con –s. Su significado, parecido a “beles” seria ‘es generado’. Por último tenemos “bel-aur” que lleva detrás de la raíz el nombre o adverbio “aur”, ‘delante’ en vasco, lo que también nos recuerda al nombre del niño “haur”, que, creo, seria una reminiscencia de este “bel-aur”. El significado seria ¡delante de la parentela’, el que encabeza el linaje visto desde el más reciente al más antiguo, del último generado al más antiguo.
5. El sentido que doy a “bel”, seria para este caso del ibero, y por encima de los otros significados también válidos, pues nombran cosa y funciones también muy humanas, el de “pariente”, “familia extensa”, “generación”, cosa que combina bastante bien con las palabras que forma pareja, en los compuestos bimembres del ibero. Veamos algunos casos donde el significado se puede comprobar por conocer el significado de la otra palabra que forma el tándem del compuesto. Hay un índice de error por no ser seguras las traducciones, ya que muchos de los significados no son compartidos por otros investigadores. Muchas otras palabras permanecen sin traducción, ya que nadie ha osado hacerlo, ni yo me atrevo al no tener algún posible significado, basándome en parecidos y significaciones humanas y de relación pertinentes. Veamos las más seguras:
“ata-bels” , del padre pariente, o mejor, pariente del padre, según nuestro forma de construir los compuestos, normalmente con la preposición “de”.
“an-bels”, de la madre pariente
“sosin-bels”, del hijo pariente, es decir, pariente del hijo, es decir “bels” actua como nombre y no como adjetivo.
“belsosin”, del pariente, hijo
“adinbels”, del abuelo, pariente
“belsadin”, del pariente, abuelo
“sanibelaur”, del guarda, niño
“atinbelaur”, del abuelo, niño
“kulesbelaur”, escogido niño, o niño escogido
“lakerbelaur”, ayudante niño, o niño ayudante
“belenes”, del pariente, mujer, o mujer del pariente
“belestar”, del pariente, procedente, o descendiente del pariente
“suisebeles”, de la hermana, pariente, o pariente de la hermana
“umarbeles”, de la criatura, pariente, o pariente de la criatura
“iltubeles”, muerto pariente, o pariente muerto
“laurbeles”, de cuatro, pariente, o pariente de cuatro
“belesbas”, de la parentela, unión, o unión de la parentela
Muchas otras palabras con parecida construcción no tengo una posible o plausible propuesta, pero si que todas ellas parecen conllevar un significado referente a cuestiones de parentesco, humanas, de familia o de situación vital:
“bikibels”
“estobeles”
“benabels”
“belortin”
“aibelor”
“keltibeles”
“tartanbeles”
“ultibeles”
“ikorbeles”
“intebeles”
“neitinbeles”
“selkibeles”
“tortonbeles”
“beleskere”
“belesbaiser”
“tikersbelaur”
“belesair”
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