Azken post honetan Luis Silgoren hitzaldiaren azken zatia irakurri daiteke. Bertan, Erdi Aroko euskerari buruzko azalpena eman da:
II
Euskera medieval
a) Introducción
De lo visto anteriormente se deduce que un mismo sistema lingüístico, reducido en su territorio hacia el siglo I a. C. al territorio comprendido entre el Sur del estado francés, el Este Peninsular y la zona pirenaica, en contacto con otros sistemas lingüísticos y multiforme en sus manifestaciones fue desarrollándose, a la vez que reducía su territorio hasta cristalizar en los dialectos vascos modernos, de los que se poseen testimonios desde el siglo VIII.
b) Investigación sobre el protoeuskera altomedieval
Sin embargo, para colmar el vacío entre la lengua ibérica, los dialectos aquitanos y vascones en el período entre los siglos III y VIII, y aún hasta los primeros escritos largos vascos del siglo XVI se dispone aún de otros instrumentos de investigación proporcionados por la toponimia.
En este último campo nos detendremos únicamente en el campo proporcionados por tres sufijos, sin agotar el campo proporcionado por todos los testimonios de la toponimia. Estos sufijos son –ain, -oze e –iz, y los tres nos proporcionan informaciones diversas sobre los apelativos en uso en este periodo.
Últimamente se reconoce por diversos investigadores que, en contra de lo que se creía, este morfo se agrega a apelativos para indicar “lugar”. Los ejemplos son muy abundantes y se extienden desde el Golfo de Gascuña hasta el Pirineo oriental. Es, al menos desde época literaria un sufijo muerto.
El sufijo –ain se añade a nombres personales para indicar una villa rural. A juzgar por los antropónimos a los que se agrega su uso no remonta más allá de la Alta Edad Media.
Finalmente, en un periodo seguramente anterior al uso de –ain y solapándose parcialmente con este se encuentra el sufijo –itz(e), extendido desde Vizcaya al Pirineo oriental. La función del sufijo corresponde con toda seguridad a nombres de propietarios o gentilicios.
c) Perspectivas
Es ingente la tarea que queda sobre el protovasco altomedieval. Enumeraré, para terminar, alguna de las tareas pendientes:
- Revisar etimologías propuestas para el léxico patrimonial, ya que se ha abusado hasta el absurdo de presuntas etimologías latinas o romances, así como de la reconstrucción interna.
- Realizar una nueva síntesis de la toponimia de la totalidad de zona de habla, incluyendo los trabajos de Azurmendi y Orpustan.
- Igualmente debe realizarse otra síntesis de la toponimia de aspecto vasco del Sur de Francia y, en la Península, de La Rioja, Burgos, Aragón y Cataluña, actualmente dispersa.
- Finalmente realizar una crestomatía, a partir de los nuevos elencos antroponímicos existentes (para los siglos VI-XI el de Lidia Becker) de los antropónimos y de las palabras de sustrato en las lenguas romances hispánicas y el occitano.
Todos estos trabajos permitirán no solamente una visión bastante aproximada del euskera hablado en la Alta Edad Media, sino una visión de los dialectos próximos al vasco de la zona de Gascuña y los Pirineos centrales y orientales, vivos por lo menos hasta el siglo XI en el Pirineo oriental y por lo menos hasta los siglos XII o XIII en partes de La Rioja y Burgos.
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