Es curioso ver cómo ciertos hechos tienen la capacidad de ofrecernos una imagen clara y exacta de una situación concreta. Por ejemplo, lo acontecido en Altsasu nos ha enseñado cómo los estados enseñan a cada generación quién manda. En este caso, España ha enseñado a los-las jóvenes de hoy día, a los-las que no vivieron los momentos más significativos del conflicto, qué es y qué está dispuesto a hacer.
Viendo el vídeo de los que estuvieron en la trifulca de Altsasu, está claro que todo es un montaje: la camisa del guardia civil no tiene pisadas ni restos de sangre, no conoce a las personas a las que luego acusó… pero da igual. Han cumplido el objetivo: meter miedo en los jóvenes hacia la guardia civil y dar a entender de que uno de ellos puede destrozar la vida de cualquier joven.
Altsasu se ha convertido en modelo para darnos cuenta de lo que está dispuesto a hacer el Estado y lo fácil que puede condenar a unos inocentes.
En Iruña-Veleia ha ocurrido lo mismo, pero en versión autonómica. Nos ha enseñado perfectamente hasta dónde están dispuestos a ir el Estado y sus colaboradores de aquí. Todo es un montaje. En la actualidad la ciencia tiene tres vías para resolver un tema arqueológico: hacer dataciones de los grafitos en los habituales laboratorios europeos, hacer catas públicas (otro grupo de arqueólogos que excaven públicamente) o realizar una auditoria, ya que al igual que la contabilidad de las empresas, los trabajos arqueológicos se auditan fácilmente. Por supuesto, no han querido hacer ninguna de estas tres cosas, pero dos inocentes, Eliseo Gil y Oskar Escribano tienen una solicitud de 7 años de cárcel y una multa de 300.000 euros cada uno y pronto serán juzgados, como los jóvenes de Altsasu.
Aquí el acusador no es la Guardia Civil, sino la Diputación Foral de Álava, la Fiscalía y el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, con la colaboración imprescindible de la Facultad de Letras de la UPV. Los cuatro se han atrevido a expulsar a 10 arqueólogos del yacimiento, a quitar todo el prestigio que tenía Iruña-Veleia, y sobre todo, a juzgar a Eliseo y Oskar. Y lo han hecho sin pruebas científicas, porque no han dejado hacer las dataciones y catas que solicitó el propio Elíseo y han controlado los medios de comunicación de forma estricta, aplicando un censura total como en el franquismo en los medios de castellano y difundiendo dudas y chistes en los de euskera, para ocultar los medios científicos que hay para aclarar estos temas.
Mientras que el motivo de lo de Altsasu ha sido aumentar el miedo hacia los colonizadores-as, el principal motivo que hay detrás de este tema ha sido porque Iruña-Veleia ha puesto en duda la historia que están reescribiendo el Estado y sus colaboradores de aquí estos últimos 25 años y más desde que ha desaparecido ETA. Y no solo es una reescritura de la historia sino también del euskera, de la mujer, de la genética, de la mitología y de diversos ámbitos, donde nos quieren cambiar los puntos de vista y creencias que hemos tenido siempre.
En lo que respecta a la historia, esta “reescritura” se ve perfectamente en muchos documentales de Una historia de Baskonia de EITB. En él se dice que hasta que llegaron los-las romanos vascos y vascas habíamos estado dándole la espalda al mar, que casi sólo comíamos bellotas, que controlaron este territorio casi sin guerra, etc. Nos quieren “demostrar” que gracias a los ocupantes romanos “avanzamos”, aunque perdimos nuestra soberanía, aunque esclavizaran a la mitad de la población, aunque prostituyesen a muchísimas mujeres, aunque tuviéramos que pagar impuestos y aunque Euskalerria perdiese más de la mitad de su territorio. Y, sobre todo, nos quieren convencer de que Roma conquistó totalmente este país al igual que el resto de los territorios, ya que siempre hemos pensado que no fue así porque hemos mantenido el euskera.
En dicho documental dicen que el euskera ha sido una lengua opresora, ya que antes se hablaba celta y que por tanto el latín y ahora el castellano no han sido lenguas opresoras… y parecidas ideas extravagantes. En cuanto al tema de la mujer esta “reescritura” dice que aquí ha habido un patriarcado igual que en el resto de los pueblos imperialistas y que el matriarcado vasco es un mito.
Desde Euskeraren Jatorria hicimos un exhaustivo seguimiento del tema de Iruña-Veleia, porque investigadores prohibidos en la universidad como J. Naberan, B. Kapanaga, F. Zubiaga, I. Mujika, J. Segurola, etc. estaban totalmente de acuerdo en un tema: que el euskera es una lengua estable y ha cambiado menos que las lenguas vecinas. E Iruña-Veleia no solo les ha dado la razón. También ha demostrado que aquí se hablaba euskera y no celta, que los romanos eras unos asesinos (hay un grafito sobrecogedor:”neure ama Roman hilta cistiana; mi madre muerta en Roma cristiana”), y muchas otras cosas.
Y como hemos dicho en el título, tenemos que decir que La Manada también está en Iruña-Veleia, porque se ha convertido en un exponente de la impunidad. Iruña-Veleia también ha sido violada en cinco ocasiones y a las personas culpables no les ha ocurrido nada hasta ahora. En la primera violación el Departamento de Arqueología de la UPV-EHU introdujo dos excavadoras y destruyó un sector completo en una semana en 2010: las paredes, los suelos, todo lo demás… La segunda violación se produjo en el año 2016 y destruyeron la casa donde aparecieron más textos en euskera y dibujos cristianos, destruyeron, como definió Felix Zubiaga, “nuestra primera ikastola”. La tercera ha sido recientemente, en 2018, cuando una excavadora ha desmantelado totalmente un camino del siglo I-II, en esta ocasión con la financiación del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco.
La cuarta violación más que física ha sido un gran bulling que ha ensuciado el honor de Iruña-Veleia y ha tirado basura contra Eliseo, a falta de argumentos. Y la quinta violación es aún más sutil, es el grave silencio que agentes del ámbito del euskera, de la historia, de la ciencia, de la política y de otros ámbitos han mantenido en este tema (arqueólogos-as, historiadores-as, gran parte de agentes culturales, las universidades, los partidos políticos, la Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzandia, Eusko Ikaskuntza, Kontseilua…). Y es que no hay nada más triste que negar la ayuda ante semejante injusticia y hacerse el distraído o ignorante. Esta polémica que ha cumplido 10 años el 19 de noviembre, se ha convertido en una excelente prueba de algodón que ha puesto al desnudo a todos y todas.
Pero afortunadamente, algunas personas significativas han empezado a mojarse (incluso dentro de las entidades que permanecen calladas) y debemos agradecerles de todo corazón que se hayan posicionado a favor del esclarecimiento de este tema. Ahora es momento para que hagamos frente a la injusticia y ofrezcamos nuestra ayuda para que se clarifique científicamente. Por favor, firma el Manifiesto de Iruña-Veleia y apoya las acciones que se vayan a convocar.
Y como escribió Dante y lo confirmó Martin Luther King, “Los lugares más calientes del infierno están reservados para quienes en tiempos de gran crisis moral siguen en su neutralidad”.
Asociación Euskeraren Jatorria
A 19 de noviembre de 2018, en el 13 aniversario de la fundación de nuestra asociación y en el 10º aniversario de la cruzada contra Iruña-Veleia