Aukeratutako atala ◊ Onomástica-Toponimia ◊

• Martes, Octubre 27th, 2020

En la página de Lengua Iberika se han recogido varios  trabajos sobre toponimia de estos territorios:

a) Francisco García Berlanga, soriano (ya fallecido)

Cultura Iberoeuskérica ( El euskera fue la lengua primitiva de España)
5000 años de euskera. ¿Es Madrid nombre vasco?

Apellidos Ibero-Euskerico

b) José María Canal Sánchez, Leon (ya fallecido)

Trabajó en colaboración del palentino  Roberto Gordaliza
Toponimia del valle de Liébana

Toponimia euskerica y prerromana en León

Biografia: http://www.palencia.com/gordaliza/jose_canal_sanchez-pagin.htm

c) Toponimia iberovasca en Guadalajara

José Antonio Ranz Yubero y José Ramón López de los Mozos
Topónimos de la provincia de Guadalajara de posible adscripción a la lengua vasca

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• Domingo, Septiembre 20th, 2020

LOS NOMBRES DE LUGAR NOS HAN LLEGADO ALTERADOS Y DESFIGURADOS

Humboldt estaba convencido, por haber estudiado la toponimia ibérica, que los iberos y los vascos compartían el mismo idioma. Es interesante remarcar, que la toponimia ibérica que Humboldt, comparó con el vasco, era principalmente la toponimia de los nombres citados por los antiguos geógrafos e historiadores griegos y latinos.

En la página 26 de este mismo libro, dice Humboldt: <<Como los nombres propios derivan habitualmente de apelativos y tienen una significación original propia, la cuestión que nos ocupa, podría ser resuelta fácilmente, si los antiguos geógrafos e historiadores, nos hubieran transmitido sin alteración los que procedían de España; desgraciadamente, nunca tuvieron este propósito y no trataron de conservar con exactitud unas palabras para ellos bárbaras. Plinio (ed. Hard. I, 136, 14; 144, 11, 12) confiesa formalmente, que en su enumeración de ciudades ibéricas, se ha preocupado de tener en cuenta si sus nombres podían ser expresados con facilidad en la lengua latina.

Pomponio Mela (III, 1, 10) dice que numerosos nombres de ríos y poblaciones de los Cántabros no pueden ser articulados por nuestra lengua, y Estrabón (III, 3, p. 155, Cas.) teme citar nombres semejantes y, cuando lo hace, da algunos tales como: Pleutaures, Bardyetes, Allotriges y otros todavía más ásperos y sin sentido para él, pese a que estos tres últimos tienen algunas sílabas con sonido parecido al griego. Se ve, por tanto, que los autores antiguos sólo nos han legado una selección de nombres, y han dejado a un lado los más característicos. Lamentándose sin cesar de su falta de significación y de su longitud –polisilabismo- sin duda a menudo los han abreviado o acomodado a la pronunciación griega y romana, reemplazándolos incluso por palabras de su propia lengua.

Tomemos como ejemplo la muy verosímil conjetura de Mannert según la cual el nombre del pueblo de los Conios o Cunios ha sido transformado por los griegos primitivos en Cynesios y por los romanos en Cuneos>>.

Coincido totalmente con estas apreciaciones de Humboldt. Cuando analizas los topónimos de los pueblos ibéricos, que por el motivo que fuera, fueron citados o mencionados, por los antiguos geógrafos e historiadores griegos y romanos. Te das cuenta, que dejaron estos nombres prácticamente “irreconocibles”, y algunos nombres no se parecían a su antiguo nombre ibérico original. Posteriormente pasó lo mismo, con los nombres de lugar ibéricos, que fueron adaptados a la grafía árabe, lo que hizo creer a más de un estudioso arabista, que el antiguo nombre ibérico, era de origen árabe, cuando de árabe, sólo tenía la adaptación a la grafía árabe, del antiguo nombre ibérico.

Posteriormente, estos mismos nombres ibéricos, “que no estaban muy claros”, hay quien ha intentado traducirlos desde la lengua vasca, para poder ver si había algún tipo de relación entre el ibérico y el vasco. Y el resultado no podía ser otro, que creer que el ibérico y el vasco no se parecían mucho.

Pero mira por donde, sí que se dieron cuenta que los nombres ibéricos citados por los geógrafos e historiadores griegos y latinos, no se parecían mucho al vasco, pero tenían un cierto parecido con la lengua griega, al latín o al celta.

Y muchos de estos nombres ibéricos “irreconocibles”, que no se parecían, ni al vasco, ni al griego, ni al latín, pero parecían tener algo indefinido de alguno de ellos. Les hizo creer a algunos, que estos nombres serían de otros pueblos.

Y que aquí, hubo en la antigüedad varias lenguas y diferentes pueblos. El argumento de que aquí teníamos varios pueblos, y diferentes lenguas, es difícil de sostener, porque cuando analizas la toponimia peninsular, no ves ni rastro de ninguna otra lengua que no sea la lengua vasca. Porque de la lengua celta no veo ni rastro, en toda la toponimia ibérica.

¿Por qué no veo en nuestra toponimia, ni rastro del celta, del latín, o del árabe?

-En mi opinión esto se debe en buena parte, a que estos topónimos los traduzco principalmente desde la estructura lingüística del vasco, tal y como los encuentro actualmente en nuestra toponimia.

Y la mayoría de los topónimos que me parecían árabes o latinos, solían ser mayoritariamente, la adaptación a la grafía árabe o al latín, de sus antiguos nombres ibéricos.

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• Jueves, Septiembre 20th, 2018

En el apartado en euskera hemos recordado a Antonio Mendizabal, cuyo libro “Lo basko-Euskaldunak” es un resumen de toda su investigación respecto a la toponimia de la antigua Baskonia, más allá del Ebro y del Garona. En el primer congreso sobre el Origen del Euskera del 2015 participó con esta ponencia de donde hemos extraido el nombre de las cuevas que han denominado periodos importantes de la historia:

Geografía y Toponimia de la Vasconia

“Describí, como dije el 49, que el Arcipreste de Hita, al cantar “De la pelea que ovo Don Carnal con la Quaresma”, dice tal cual, que de Sant Ander venieron las bermejas langostas”. Al hablar en sus aledaños, de Laredo, Bermeo y Castro Ordiales, era evidente que Sant Ander era y es nuestro Santander, como Santesteban y Santoña son, por lo mismo, Sant Esteban Y Sant Oña, habiendo por separado Ander, Esteban y Oña.

Si Ander es en euskera Andrés, era indudable que en las proximidades del lugar tenían que abundar otros topónimos euskerikos. Hallé, por demás, que la sierra al sur de la ciudad se llama Sierra Vasconia, con el pico Eginza, y las estribaciones de Aloños y SeIaya. El Ebro o Ibero, apellido abundante en Vasconia, nace en la sierra de Isar, con aldea y torrente próximos denominados Izarra e Izarrilla, como arrilIa y zubilla en Arrillaga y Zubillaga. Por lo que la conclusión es cIara: si sierra es aitz; no cabe duda que el Ibero nace en lzaraitz, otro más como el de entre Aipeitia-­Azkoitia como hay otros Debas y Getarias, pues la frontera con Asturias otro Deva lo forma, igual al gipuzkoano. A la izquierda de Sant Ander, ciudad, se alzan los montes Garona.

Sabiendo que la catedral de Bordeaux, en la Garona, está dedicada a Sant Andre, la pregunta que se imponía era, si al oeste de Bizkaia estaba lo descubierto en Sant Ander, ¿qué habría al norte de Lapurdi hasta Bordeaux y más allá y al éste de Nabarra y al sur de Araba? Convencido, con evidencia, que los límites de EuskaIerria eran un encorsetamiento del pasado, dando pasos de gigante, a través de topónimos euskerikos, como Nabarros, Erran y Bizkarros, llegué hasta la capital de la Gouyena, más bien Goyena, auténtico IparraIde: Bordeaux.

Tiré, además de por otras lindes, por las orillas de la maravillosa Dordoña, lIegando hasta Bergerac y hasta la desembocadura, por el norte u orilla derecha, del que yo no sabía, ultrafamoso y archiimportante Vezere. Su confluencia se realiza en un enorme meandro.

Saltándome los descubrimientos intermedios, diré que seguí con lupa el curso de la Vezere, y hete aquí que, con un susto mayúsculo, me encuentro con Cro Mañón en Les Eyzies de Tayac (en euskera Leiziek quiere decir “cuevas”). ¿Era posible que éste fuera el famoso Cro Mañón, o había otro? Esto no era el centro de Francia, era esto la cuenca de la Garona, que se origina en Aran del Auña, más bien Oña, o Pireneo, por lo que pertenecía a la Aquitania descrita por Julio Cesar.

Estudiando a fondo, comprobé que éste era y no otro, el famoso Cro Mañón, donde este año 1868 eran descubiertos por Lartet los históricos esqueletos junto al ferrocarril que allí está. Ninguno de mis innumerables profesores había señalado jamás, dónde se hallaba tal lugar. Al igual que en Sant Ander, decidí seguir analizando con telescopio y lupa la toponimia del entorno.

Me encontré con “Cro de Grandville ditte Grotte de Roufignac”. Donde aparece que Cro, por un mayor contexto, es traducción occitana de Grotte, Gruta, con el añadido de Rufiña, que mas parece de Beizama y Nuarbe. En cuanto a Mañón, hay en las proximidades Magnac y Magnonie, como en Bizkaia Manaria, no digamos en la vecina Aragón y en Emporda de Girona Madre Maynia; por lo que Mañon es la buena Maña o Amaña, Madre Nodriza, como Maya y Amaya.

En cuanto a Les Eyzies, es claro: hay en la región Trou de Leize, Leizandie, Leissandonie, Leisarnie, Leizurie y Leissartroux. Con traducciones evidentes de Agujero de la Cueva, Gran Cueva, Señora (Donie) de la Cueva, Ama de la Cueva, Poblado de la Cueva y Cueva de Artruz. Admírase Pierre Honaré de tan “innumerables grutas”. (El libro de la Edad de Piedra, Pierre Honoré, Ediciones Destino, Barcelona 1984). “La gente, en su dialecto semiespañol le da, añade, el nombre de “Los Esio” (pág..217).

Y los franceses o francos, añadimos nosotros, llaman “Les Eyzies” a lo que realmente son Leiziek, como lo predica la realidad, y comó aparece en tantos topónimos y, al revés, como cuando Larrun (Larrin), raíz de Larrinaga, le dicen “La Run”. Trou de Leize es una redundancia corno Valle de Aran, Bazina de Arkatzon, Puerto de Vel-Ate, etc.

En cuanto a Leizandonie, hay en las proximidades Donie tal cuaI, Señora, latinización de Andrieux y Andrivaux, que también se hallan no lejos, equivalentes al bizkaino Lezama. Leizarnie es Arna de Leiza; Ama, raíz de Aizarna, Arnaiz, Arnaga igual a Arnedo, y Arnani, como es designada la ilustre Villa en los primeros escritos del Camino de Santiago; por ejemplo, en el gran Plano que se exhibe en ZaIduendo, también ZaIduondo.

Al ser Ani y AiIl, Aña, es Arnani la madre Ama, cuyo templo Leizarnie se halla entre las Leizas de Cro Mañón. Hay otras redundancias similares a Trou de Leize, corno Argiloux y Basse Foret: Agujero de la Cueva, Luz de Luz y Bosque del Bosque, con Bassonie: el Buen Bosque o, probablemente, Sagrado Bosque, en su vecindad.

Continué remontando la Vezere y me encuentro con la Magdelaine, que ha universalizado el paleolítico MagdaIeniense, con lugares vecinos denominados Bascontal y Fontetxevade. Mucho más desconcertante resulta que, todavía, más al norte de la Vezere, no lejos de Gissonie, como hemos visto Andrie, y Zarra y Gazte y Amaña y Amoña y Aitona y Aitana, se localiza el famosísimo Moustier, contemporáneo al Pithecantropus neanderthalensis, de 300.000 años antes de Cristo, tatarabuelo, pues, del Cro Mañón….”

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• Jueves, Abril 03rd, 2014

En esta web pusimos dos trabajos de Nuria Garcia Queraren sobre los topónimos vascos del Pirineo catalán:  Los últimos pueblos de los valles, y El morfema T y los puertos de montaña

Ahora traemos un tercero que habla sobre las colinas y la raíz TOR:

Continuamos con mi teoría sobre los topónimos del Pallars Sobirà, ya tratada en los artículos El misteri dels topònims bascos I y El misteri dels topònims bascos II.

Vimos que la partícula TE estaba relacionada con la idea de “paso, puerta”. Ahora veremos que cuando a la consonante T se le añade –OR, el significado cambia. Entonces nos da una idea de “protuberancia, de bulto, de elevación aislada que se puede circunvalar”.

TOR- en topónimos del Pallars
En el libro Onomasticon Cataloniae, el etimólogo Joan Coromines defiende que el topónimo Tor —un pueblo de la Vall Ferrera que hace frontera con Andorra— tiene que ver con la palabra TURÓ (“colina” en catalán).

Otros topónimos de la comarca también llevan TOR-. Uno es el pueblo de Dorve (viene de Torpe), que significaría “debajo de la colina” (en otro artículo hablaremos del sufijo- PE).

(ver foto en la versión catalana)

Otro es Torena, en Llessui, que significaría “encima de la colina”. ¡Y el otro es Tornafort, mi pueblo! ¡También en lo alto de una colina!

Subiendo por el bosque de Tornafort se ve una montaña muy característica que también tiene mucho que ver con TOR: el Turbón, un gran pastel de roca de la Ribagorça.

TOR- en topónimos de la Península Ibérica
En otras comarcas de Catalunya también encontramos topónimos que llevan TOR: Toralla, en el Pallars Jussà; Torà, en la Segarra; Torelló, en Osona… Hay muchísimos. Y lo mismo sucede en las Islas Baleares: el Toro (pico más alto de Menorca), Toraixa, Turixant, Turmadenc… Todos están relacionados geográficamente con una colina.

Y lo mismo encontramos en el resto de la Península Ibérica. De hecho hay tantos, que el filólogo Francisco Villar les dedica un trabajo titulado Los topónimos de la serie TUR-, y los cita a decenas.

TOR- en topónimos de Europa… y más allá
Otros filólogos también han trabajado sobre este morfema, ya que se encuentra en toda Europa. Lo encontramos en Bélgica —Tournai, Tournay… —, en Francia —Tornac, Tournon, Tournay, Tonnerre, Tournay-sur-Odon… —, en Inglaterra…

De hecho, en medio de la llanura del sur de Inglaterra se alza la colina de Glastonbury Tor. Su forma escalonada, con los siete bancales, ha despertado todo tipo de teorías, pero hoy todavía no se conoce su origen:

Pero volvamos a Tornafort porque lo que encuentro muy curioso es que en Francia encontramos el mismo topónimo, convenientemente afrancesado. Tournefort está en los Alpes Marítimos franceses (www.tournefort.fr). El núcleo antiguo estaba situado en lo alto de la colina, en donde hoy sólo quedan ruinas y la iglesia:

¡Pero todavía es más curioso el Tornafort de India! En la parte occidental, en la cordillera de Western Ghats o Sahyadri, en una montaña de 1405 m, encontramos lo que queda del antiguo pueblo de… ¡Torna Fort!

(ver foto en la versión catalana)

¿No os marea un poco, todo esto? Significaría que estamos hablando de una lengua madre que viene de muy lejos y que se extendió por un gran territorio.

Palabras que derivan de TOR
Si buscáis en el diccionario etimológico de donde proviene TOR, leeréis que viene del latín TORUS, con el significado de «saliente, elevación, protuberancia de un terreno».

Pero el origen no puede ser latino porque:

1. todos los topónimos que he citado, así como cientos que encontramos en Europa y aún más lejos, son anteriores al imperio romano y, por lo tanto, significa que antes de la romanización ya se usaba este morfema

2. hay palabras que utilizan este morfema tanto en lenguas romances, como no. Las palabras TORRE, TORNO, TÓRAX o TORTUGA, por citar sólo unas cuantas, las encontramos con pequeñas variantes en catalán, castellano, francés, italiano y latín, pero también en euskera e inglés, entre muchas otras lenguas. Y lo mismo sucede con sus derivados: TORNAR (“volver” en catalán), TORNADO, TORTELL (“roscón” en catalán), TORSO…

Por lo tanto, ¿de qué lengua estamos hablando? I, ¿desde cuando se hablaba?

Lo iremos viendo. De momento, por lo que a TOR se refiere, acabaremos diciendo que en catalán tenemos la palabra TURÓ (“colina”), que no encontramos en ninguna otra lengua, y TORELL, “un pedazo de tronco o de rama gruesa que conserva la forma cilíndrica y que es fácil de astillar”.

Y, finalmente, en el Pirineo, en donde siempre encontramos palabras que se han conservado sólo en el aislamiento de las montañas, encontramos TORANA “culo gordo, pecho voluminoso ” y TORB “el viento impetuoso propio de la región pirenaica, que levanta y arremolina la nieve”.

Espero que haya aportado un poco más de luz a la historia de las lenguas.

(Artículo de opinión de Nuria Garcia Quera, publicado en www.pallarsdigital.cat)
(También encontrarás alguna referencia sobre topónimos en Nou viatge al Pirineu, escrito por la misma autora)

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• Martes, Febrero 18th, 2014

En este segundo post de Nuria Garcia Quera estudia los morfemas con T y los puertos de montaña:

El misterio de los topónimos vascos II (los morfemas con T y los puertos de montaña)

Como decía en el artículo El misterio de los topónimos vascos I, el Pallars Sobirà ha sido durante siglos una comarca aislada y, por lo tanto, propensa a la fosilización de los topónimos. En el Pallars Jussà algunos topónimos se cristianizaron (Santa Engràcia, Sant Joan de Vinyafrescal, Sant Martí de Canals, Sant Salvador de Toló…), pero este fenómeno no se produjo en el Sobirà, lo cual, con respecto a la etimología, es de agradecer. Y es que estos topónimos son una fuente muy importante de un hablar antiguo que tal vez es el que algunos estudiosos llaman pre-protoeuskera. Se hablaba antes de la llegada de los celtas, era una lengua monosilábica y tiene mucho que ver con las lenguas actuales.

El morfema ES

En el anterior artículo nos referimos a la partícula “ES”, diciendo que significaba “final de valle”. Vimos unos pueblos situados al final de los valles que comenzaban por ES-, pero, en realidad, como podemos observar en el mapa, hay otros pueblos al final de los valles que también llevan el morfema ES, aunque no sea al principio: Baiasca (Bai-es-ca), Ll -es-ui, Tavascan (Tav-es-can), Bon-es-tarre, Tavèrnol-es, Rod-es… Como estos dos últimos, hay otros que también son al final de un valle y terminan en -IS ―lo que podría responder al cierre de las e en i (Estaís, Boldís, Mallolís, Norís, Arcalís…)― y otros que terminan en -OS (Alós, Berrós, Cassibrós, Virós, Escós…).

El morfema T + vocal

Ahora veremos que algunos pueblos, aparte de ser el final de un valle, son la puerta de entrada o salida de un paso importante, de un puerto que comunica un gran valle con otro. Nótese que todos llevan la consonante T acompañada de una vocal que a menudo es una a o una e y nótese, sobretodo, que en euskera actual la raíz ate, ata, significa “puerta”! De ahí vendrían, por ejemplo, los puertos de Broa-te, Ra-te-ra, Mar-te-rat, Babor-te, Cer-ta-scan…

En cuanto a los topónimos de pueblos, algunos de los que hacen de puerta de los puertos más importantes de la comarca son Es-te-rri d’Àneu (por el puerto de la Bonaigua comunica con Val d’Aran); Espo-t(e) (por el Portarró d’Espot comunica con el valle de Boí) o Ta-vascan (por el puerto de Marterat o Tavascan comunica con Francia).

En cuanto a otros topónimos, son directamente unas puertas el Por-ta-rro d’Espot, el puerto del Can-tó, el desfiladero de Collega-t(e) o, también, el Pla de Cor-t(e)-s, la entrada por excelencia a los altos pastos del Pirineo. Cada primavera pasaba por aquí el ganado del llano de Lleida que hacía la trashumancia y que, evidentemente, no podían pasar por el medio del desfiladero de Collegats.

A partir de ahora fijaros que casi todos los topónimos que tienen T + una vocal están relacionados con la idea de “puerta” y muchos tienen un puerto o un collado detrás: Estaon (Coll de Jou), Estaron (collado de la Bana), Lleret(e) (collado de Jou)…

El topónimo “Ares”

Acabaré con un apunte sobre el topónimo de puerto que más se encuentra en todas partes: Ares. Lo encontramos en documentos medievales para referirse al puerto de la Bonaigua y lo encontramos en el Montsec (entre la Noguera y el Pallars), en Molló (entre el Ripollès y el Vallestir), en Alicante (entre el Alcoià, el Comtat y la Marina Baixa), en Francia (en Haute –Garonne), etc.

En el anterior artículo salió la partícula “-art(e)”, que en euskera actual tiene el sentido de “entre”, y que en la lengua antigua la encontramos como “AR” o “R”. Por lo tanto, ¿sabéis qué significaría Ares? AR (entre) + ES (final de valle) = ” entre finales de valle”. Un puerto es una zona que se encuentra en medio de dos o más lugares cerrados, dos o más finales de valle. Así de fácil.

(Artículo de opinión de Nuria Garcia Quera, publicado en www.pallarsdigital.cat)

(También encontrarás alguna referencia sobre topónimos en Nou viatge al Pirineu, escrito por la misma autora )

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• Lunes, Enero 30th, 2023

Documentación

a. 934 Valle de Ullone, a. 1084 OHION, a 1122 – 34, OION. 1280 OYON. Año 1511-16 HOYON, en el mismo documento OYON. A 1561 OYON VIEJO, es Juan de. Viejo de BEHEKO, bajo.

Etiología

ULL protorraiz de alto = UL / ULI, alto, pueblo.

-ONE / -ON, protorraiz de alto, pueblo.

ULION / ULLIONE daría UIONE / OYONE / OION

Trad. Pueblo del alto, cerro o colina.

Similar, Ollauri ( Rioja) en 1342 aparece como ULLAHURIA, donde vemos altrernancia vocálica O – U y el determinante o artículo sufijado euskérico -A.

Similar, ULISARNA (Ezcaray), con la misma protorraiz , pueblo del cerro.

Explicación

En la forma actual OION se mantienen los dos componentes reconocibles hoy, GOI y ON núcleo semántico de alto de los derivados de cerro. ON = OL / UL variantes del núcleo semántico de altura.

Similar también GOI (GOI) que vemos en BOI TAHULL (Lleida), Tautología de alto siendo Tahull, mesa (tábula en latín). Con la misma protorraiz tenemos URGULL, que da urgoiti, cerro alto.

Cabe recordar que el núcleo semántico de altura UR y sus variantes UL / OL / ULL / ULTZ / UR / UZ / US / OR / OS / OX / OZ / AZ / UR / IR / IS / IX / IZ / ER / EG / ES / EZ / EX…, por equiparación de altocon largo, hilera, corriente, caudal, hace equivalentes ULTZA y URTZA, o sea, alto con río, valle, cuenca… Altura e hidronimia ponen de manifiesto su unidad semántica en numerosos topónimos de población y su río generalmente homónimo, LEDESMA, OION y río Oion, ULZAMA, NAJERA, ORIO y Oria, OIARTZUN…

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• Domingo, Febrero 16th, 2014
En el blog de  Nuria Garcia Quera han aparecido dos post relacionados con la toponimia vasca en los pirineos catalanes. En este primer post menciona los pueblos del final de cada valle y el morfema ES-:
estaron2

El misterio de los topónimos vascos I (los pueblos del final de los valles y el morfema ES-)

Al estar cerrada al norte por el puerto de la Bonaigua y al sur por el desfiladero de Collegats, en la comarca del Pallars Sobirà siempre hemos vivido un poco aislados y podemos presumir (o no) de reducto de muchas cosas. Por ejemplo, mientras que en la mayor parte del Pirineo el euskera ―que se había hablado en gran parte del área pirenaica― era sustituido por el catalán, el francés, el castellano, el navarro-aragonés o el occitano, en el Pallars hasta el año mil todavía había quien lo hablaba. Por ello, a diferencia de otros lugares, en esta comarca han pervivido unos nombres de lugar que son unos auténticos fósiles lingüísticos. De hecho, deberían ofrecernos mucha información de cómo se hablaba pero, desgraciadamente, la mayoría no se sabe qué significan y levantan discusiones airadas entre los etimólogos.

Como que he estudiado filología, me gustan los mapas, me gusta andar y vivo en el Pallars Sobirà, hace tiempo he detectado algunas curiosidades. Por ejemplo, si observamos un mapa de la comarca, veremos que la mayoría de los pueblos situados en el fondo de los valles comienzan por “ES-” : Es–cós, Es–tac, Es–càs, Es–cart, Es–taron, Es–terri de Cardós, Es–taon, Es–taís, Es–pot, Es–terri d’Àneu. En otros lugares de los Pirineos sucede lo mismo, como en el caso de Es–pui, Es–pill o Es–tós, por citar sólo algunos. Coromines, en su Diccionari etimològic, ya comenta que “esto-” tiene un sentido de “cerrado”, pero no detecta esta curiosidad.

El euskera es una de las lenguas más antiguas del continente europeo. Se dice que viene de la edad de piedra y que no tiene relación con ninguna otra lengua del mundo. Sin embargo, lo que ahora interesa destacar es que es una lengua aglutinante, es decir, que sus palabras se forman a partir de unir morfemas. Y un morfema es una unidad mínima con significado. Por lo tanto, podemos deducir que los topónimos del Pallars Sobirà están formados por morfemas, lo que abre un juego de posibilidades muy divertidas. Por ejemplo, si el morfema “ES” tiene el sentido de “final del valle” , el morfema “CA” tiene el sentido de “pared” y los morfemas “AR” y “R” tienen el sentido de “entre”, y sabemos que Escart es un pueblo al final de un valle, caracterizado porque a su lado hay una gran pared en donde cuelga la ermita de la Mare de Déu de la Roca, podemos suponer que Es-ca-rt significa algo parecido a “final del valle- pared- entre”.

―¿Dónde vives? ―debían preguntar los pallareses hace dos mil quinientos años .
―Vivo en el final del valle, entre paredes.

¿Conocéis el pueblo de Bresca? Está en lo alto de una pared en donde, por cierto, se han abierto algunas vías de escalada. ¿No os llama la atención que también tenga el morfema “CA”? Por lo tanto, si tenemos en cuenta que “cabeza” en euskera actual se llama “buru”, Bresca podría venir de “B(u)r(u)esca”, que significaría “cabeza-pared”:

―¿Dónde vives?
―En la cabeza de la pared.

Bueno, otro día podemos jugar con los morfemas –erri, –arri, –arre, –orre (Ginest–arre, Isav–arre, Escal–arre, Est–erri, G–erri, Un–arre, Bonest–arre, Llad–orre…), –í (Aid–í, Beran–í, Llavors–í…), Al– (Al–ins, Al–ós, Al–tron…), –ós (Al–ós, Esc–ós, Cassibr–ós, Ara–ós, Arr–ós, Berr–ós, Lladr–ós, Card–ós…) o –ui (Arest–ui, Balest–ui, Bress–ui, Esp–ui, Lless–ui, Menc–ui…). Mientras tanto, si os queréis ir inspirando, podéis hojear los nueve volúmenes del Diccionari etimològic i complementari de la llengua catalana, de Joan Coromines. ¡Seguro que lo pasaréis en grande!

(Artículo de opinión de Núria Garcia Quera, publicado en www.pallarsdigital.cat)

(También encontrarás alguna referencia sobre topónimos en Nou viatge al Pirineu, escrito por la misma autora)

(Más información en El misteri dels topònims bascos II)

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• Domingo, Diciembre 20th, 2020

La exposición de las importantes lápidas sorianas de las que los medios apenas están informando se prolonga hasta el 24 de enero. En dicha exposición se podrá ver, entre otras, la lápida de “Sesenco”. Como comentamos, estas lápidas están adquiriendo tanta importancia como las aquitanas para poder conocer mejor la posible extensión del euskera en los primeros siglos de esta era.

Lo mejor es que Eduardo Alfaro, el investigador que lleva más de 20 años trabajando y recopilando todas estas importantes inscripciones va a impartir una charla en el Seminario de Bergara donde habrá cabida hasta 125 personas el día 22 viernes a las 17:30.
En el caso de querer acudir es necesario inscribirse previamente en este link: Inscripción-Izena ematea.

Información: Laboratorium Museum

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• Martes, Diciembre 15th, 2020

Juanjo Gabiña ha publicado un interesante artículo y propone el antiguo nombre que tal vez se utilizó en Europa hace 8.000 años. Para ello cita propuestas de Bernat Mira Tormo y Theo Venneman sobre toponimia, hidronimia y antroponimia:

https://juanjogabina.com/2020/12/13/que-palabra-utilizo-la-lengua-vasca-alguna-vez-como-una-palabra-nativa-propia-y-antes-de-la-llegada-de-las-invasiones-indoeuropeas-para-referirse-al-conjunto-del-territorio-de-lo-que-represent/

Aunque en principio, en el idioma vasco podría parecer que no existe una palabra nativa para referirse a la masa continental europea, el hecho de que hubiera regiones europeas donde existen suficientes topónimos relacionados con ríos, montañas y ciudades y cuyo significado se entiende a través del idioma vasco, me hizo pensar que era muy probable que existiera una palabra nativa propia como denominación preindoeuropea de lo que representaba Europa. Obviamente, algunos milenios antes de que nos llegara la denominación fenicia de Europa, a través de los griegos, tal como se conoce al Continente en la actualidad.

Naturalmente, esto sucede allá donde el sustrato pre-indoeuropeo se ha conservado gracias a la toponimia. Esta constatación me llevó a pensar que, antes de la llegada de las invasiones indoeuropeas, tenía que existir una palabra nativa propia, expresada en lengua vasca, para referirse al conjunto del territorio de lo que representa hoy el continente europeo. ¡Eureka!, al final di con ella. Es una palabra que la tenemos siempre delante de nosotros y, sin embargo, no caemos en ello hasta que no tenemos en cuenta que, dado que existen cientos de palabras en la toponimia europea que contienen raíces de origen vasco, lo más lógico sería que la palabra utilizada fuera muy sencilla pero, a su vez, primordial para la vida en los tiempos del neolítico.

Italia:

Alzate, Orba, Ostia, Mondragone, Ururi, Gonzaga, Illasi, Arbia, Candia, Arda, Erro Orzinuovi, Andora, Arona, Orsara, Tiber, Tevere, Mirandola, Antica, Ascoli, Mira, Amoros, Alberona, Ancona, Arce, Aso , Tenna, Arone, Sauri, Verona, Airola, Orcia, Arrone, Arezzo, Cortona, Isola, Asati, Aniata, Induno, Ario, Gaiole, Arca, Goito, Garda, Ortona, Turín, etc.

Cerdeña

Gallura, Sa Serra, Armungia, Aritzo, Serri, Carbonia, Mores, Ardara, Bono, Anela, Luras, Olbia, La Caleta, Ales, Ballao, Chia, Gesturi, Sanluri, Tertenia, Bosa, Oliena, La Caletta, Orbai, Arresi , Es Molas, Arzachena, etc.

Escocia (poblaciones y apellidos)

Aldie Castle, Aros Castle, Duart Castle, Carrick Castle, Mote of Urr, Ascog, Ardgay, Sgur-Mor, Ayr, Arrochair, Turnberry, Corrie, Errogie, Altnaharra, Urquhart, Cove, Aird, Port Askaig, Arinagour, Aberdeen, Arrusdale , Orchy, Ardlusa, Ardlui, Aberdeldie, Balmoral, Arisaig, Morar, Achoracle, Arran, Islay, Barra, Oronsay, Collonsay, Harris, Bolivanick, Menzies, Barrhil, Invergarry, Inveraray, Flodigarry, Loch, Invernes, Morangie, Arkaig, Bellochantuy Annan, Tornes, Armadale, Arduaine…

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• Domingo, Febrero 25th, 2018

DONOSTIA & SAN SEBASTIÁN:  El “doble nombre” de la ciudad más bonita de Euskadi trae de calle a muchas generaciones de etimologistas que han aportado varias soluciones que se recogen con regocijo y cierta “maldad” en cuanto se busca un poco en “la red”.

Como comparto afición con estos interpretadores las miro y analizo desde mis particulares puntos de vista basados en la frecuencia de aparición de nombres similares, en las –limitadísimas- posibilidades de evolución de algunos topónimos y en el sentido común que usaban nuestros antepasados para llamar a los lugares.

Vaya por delante la afirmación de que los hagiónimos son escasísimos en España y que la mayor parte de lo que parecen santos y santas, no son tales, sino la consecuencia del “rebautizado” de numerosos lugares que ya tenían nombres parecidos a los que resultaron de la aplicación del cristianismo en los últimos dieciocho siglos.

Tengo una colección inmensa de ejemplos que no procede citarlos aquí y que desbaratan las teorías que han seguido –gustosa y cómodamente- generaciones de apoltronados “sabios de academia”. Escasísimos, pero algunos hay. Dejemos san Sebastián –de momento- y tiremos de Donostia.

“Donostia”, así, con todas o casi todas las letras hay muy pocos aparte de la ciudad. Uno en Irura (Donostia Arkaitza), otro en Ereñotzu (Donosti Basoa), un par relacionados en Leioa (Donosti Txikerra y Donosti Goikoa). Pero la coda “osti, ostia”, es en cambio muy frecuente: Armostia en Treviño, Belosti en Gordexola, Ostias en Huesca, Gosti en Mallorca, Gorostia en Navarra (ojo, un acebo no da nombre a nada), Ichostia en Monreal, Navarra, Korosti, también en Navarra, La Hostia en Toledo, Las Hostias en Valladolid, Ostia en Alicante, Peña La Jostia en Asturias, Sierra de la Hostia en Cáceres… También lo son sus variantes “oste”, “noste”, “losti”, “nosti”, “loste”… con cientos de casos.

Esto quiere decir que lo más probable es que la parte final de Donostia, “ostia”, no sea un capricho ni esa evolución fantástica que quieren los académicos y que desde “San Sebastián” en doce pasos a partir de trasplantes y evoluciones regladas, llega a “Donostia” por el arte del birle birloque, como si las gentes fueran estúpidas y se pudiera cambiar un nombre de referencia a otra cosa distinta col la facilidad que ellos hacen cábalas con los sonidos.

Con el comienzo, la cosa no es tan fácil, aunque hay un buen ciento de topónimos que comienzan con “Dona, Done, Doni, Dono y Donu” : Donas, Donasol, Donatz… Donelle, Donesolo, Donezegui…, Donibane, Donide, Doniños, Doniz…, Donolive, Donoso, Donosoa, Donosti, Donostía…, Donustebia…

Sin embargo, la variante “duna” es mucho más frecuente, encontrándose unas cuarenta del tipo “Aduna, Dunabeitia, Verdunas, Salduna…”. Más aún lo es la forma sorda “tuna”.  ¿Qué significan en Euskera las partículas que se forman alrededor de “ost” y “dun, tun”?.

Veamos primero una imagen del Donostia de alrededor de 1860. En ella se aprecia claramente el Monte Urgull que protege de los temporales dominantes a su parte Sur, donde en esa época la ciudad quedaba transformada en Isla con la marea alta.

Era una ciudad detrás de una mole. ¿Dónde más se aprecia esto en el Cantábrico? Que yo sepa y lo haya estudiado, en Santoña y en Gijón. En la primera, con el Monte Buciero que protegía a la Santoña inicial y en el segundo con la peña de Cimadevilla, a cuyo socaire se creó Xixón. Esto lo dejamos para otro día.

¿Qué hay en común en estas tres localizaciones? Algo relacionado con las etapas geológicas que es necesario saber para no caer de lleno en los vicios de los documentalistas, que pretenden sacar información de lo que otros –tan mal informados como ellos- escribieron hace tiempo.

Casi todo el mundo sabe que la altura media de los mares en el mundo varía según la cantidad de hielo “continental” que haya en cada momento… Pero también hay partes de la corteza terrestre que –al margen de los hielos- sufren procesos de emersión o inmersión, mucho más lentos en general, pero muy rápidos a veces.

Nuestra costa cantábrica es un ejemplo de ello y es necesario quitar de la mente la idea de que los nombres de lugar los ha traído un celta, un galo o un fenicio hace dos o tres mil años, para admitir que muchos de los nombres pueden llegar a ser de la época templada entre las glaciaciones Riss y Wurm (hace sesenta o setenta mil años).

Esto es importante, porque aquí no juega solo la elevación del mar que ha sido constante desde hace 17.000 años, sino que la elevación de la costa, a veces ha sido más determinante que la elevación del mar y así, entre los fenómenos de elevación terrestre y deposición de sedimentos, ríos como el Urumea, que eran navegables hasta Ernani, ahora no lo son.

En una época anterior a la de los mapas y cartas que tenemos, es posible que “La Concha” (que nada tiene que ver con una concha de almeja, sino con los lagos que se formaban en este proceso geológico) tuviera una “manga” o tómbolo exterior que formaba una especie de duna junto con la masa del monte Urgull, protegiendo de forma muy eficaz al lugar donde se edificó la ciudad, que quedaba a salvo de los temporales y bañada por el sol.

Antes de eso, durante largos periodos, los ríos Muño y Urumea, desaguaban hacia el Noroeste por donde indica la línea de puntos, pero las condiciones del entorno cambiaron y las salidas se forzaron  al lado Oeste de Santa Klara (sandakalá o canal en la arena) y de Urgull, circunstancia que aprovecharon los locales para canalizar definitivamente el río principal por esta última salida, dejando La Concha como una bahía.

Nuestra voracidad urbanizadora se ha comido en unos cientos de años todas nuestras dunas para sacar arena, hacer urbanizaciones o campos de golf, así apenas queda nada de la del río Barbadún, la del Nerbioi, yace bajo los palacios de Zugazarte, la del Butroi (recién destapada) hay que saber mucho para distinguirla, la del Estepona bajo el restaurante “Arimune”, la del Oka devastada continuamente por los dragados, no consigue recuperarse, de la de los arroyos Linapotzu y San Pelaio  en Zarautz (ojo a los “sande…” y “sanpe…”) solo quedan cincuenta metros…

Pero “duna, tuna” es un término euskériko complementario de “muné” y no “neerlandés” como quieren que sea los sabios, término que expresa amontonamiento, concentración.

El paradigma, las dunas marinas.

El nombre de ese lugar privilegiado tras el monte y duna, “duna ostea”, (donde “oste” todos sabemos que es “lo que viene detrás”, un precursor del “post” latino) y su cambio, muy ligero para dar “Donostia” y quedar así definitivamente aunque ya no haya duna.

Otro día nos entretenemos con san Sebastián.

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