Aukeratutako atala ◊ Silabario ◊

• Domingo, Noviembre 20th, 2016

En este artículo elaborado por Joan Vilaseca defiende que la variación que encontramos en la mayor parde de los caracteres ibéricos no puede ser meramente formal. Esto cuestionaría de raíz no sólo la propuesta de codificación del signario ibérico llevada a cabo por la Universitat de Barcelona basada en sólo 49 caracteres, sino también el error de basar el estudio de la escritura ibérica en transliteraciones.

https://cathalaunis.wordpress.com/2016/10/09/els-caracters-de-liberic-nord-oriental/

Este estudio demuestra que el signario ibérico no está todavía bien definido, por lo que debe proponerse una revisión urgente de la propuesta presentada a UNICODE por la Universitat de Barcelona.

Veamos las conclusiones del artículo:

Conclusions

De l’anàlisi de les co-aparicions de variants del que es suposa ser la representació sígnica d’un mateix so bàsic, es desprèn que la variabilitat és molt superior a l’¡esquematització filològica moderna (resumida, per exemple en la proposta de codificació Unicode  per a l’ibèric nord-oriental presentada el 2015). Encara que les propostes de partició de signes, no sempre són unívoques, ni tampoc sempre ben evidenciades, el volum fa que no es pugui ignorar la discrepància. Llistem les agrupacions del signari simplificat de cathalaunia anotant primer el nombre de signes segons la proposta Unicode i al costat els detectats en aquesta anàlisi[4].

  • A 2 vs. 3-4          E 2 vs. 3?                I 2 vs. 2    O 2 vs. 3          U 2 vs. 3?
  • L 1 vs 2                M 1 vs. 1                 M1 1 vs. 2           M2 1 vs 1.         N 1 vs 3
  • R 1 vs. 2               R1 2 vs. 3               S 2 vs. 3              S1 1 vs 2            Ba/Pa 1 vs. 2
  • Be/Pe 1 vs. 5      Bi/Pi 1 vs. 1          Bo/Po 1 vs. 1    Bu/Pu 1 vs. 2   Da/Ta 2 vs. 3
  • De/Te 2 vs. 4-10  Di/Ti 2 vs. 4      Do/To 2 vs. 4    Du/Tu 2 vs. 5
  • Ga/Ka 2 vs. 4       Ge/Ke 2 vs. 6-8  Gi/Ki 2 vs. 6    Go/Ko 2 vs. 4   Gu/Ku 2 vs. 3

La proposta Unicode presenta 46 entrades, mentre que el recull trobat en aquesta anàlisi apunta a una forquilla de entre 85 i 96 signes diferents.

Les preguntes que tal discrepància genera són molt bàsiques i necessiten d’una resposta filològica. N’apuntem sols unes quantes a tall d’exemple.

  1. En conjunt, no resulta possible escapar a la impressió que la llengua ibèrica codificava aspectes que actualment no estan sent contemplats: quins podrien ser?
  2. En aquest sentit, quin podria ser el motiu per el qual els signes sil·làbics amb E presentin més variants?
  3. Existeixen paral·lels de la partició entre vocals, consonants i els tres grups sil·làbics que presenta l’ibèric en altres llengües antigues?

Preguntes que escapen l’àmbit d’aquesta anàlisi, i que sols poden ser emeses a l’espera que la Filologia i la Filologia Històrica ens presentin respostes. En tot cas, sembla clar que la posició que defensa que sense tenir en compte la complexitat real del missatge difícilment serem capaços d’entendre el seu significat (una posició eminentment lògica), sembla trobar confirmació en aquesta anàlisi de les variants dels caràcters de l’ibèric nord-oriental, que de fet, presenta una quantitat de signes força propera als 95 del recull d’Untermann.

Signari simplificat emprat a cathalaunia.org.

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• Domingo, Enero 11th, 2015

o) Luis Azkona

Grafías, fonemas y morfemas: Luis_Azkona_Las_grafias_ibericas

Pienso, como Antonio, Carmen y demás amigos y amigas en torno a la lengua ibérica, que tenemos que iniciar el camino estudiando y fijando bien la forma, es decir, grafías seguras en textos de al menos una oración, si es posible texto completo y no fragmentado, visible para todos, con sus correspondientes fonemas alfabéticos y silabofonemas perfectamente identificados sin duda ninguna, que casi los tenemos a excepción de /Y/. Esta grafía está presente y contigua a /n/ y /l/, pienso que es la confirmación gráfica de las palatalizaciones de /ñ/ y de /ll/, el rasgo fonético más propio de la lengua íbera.

En cuanto a la forma, puedo mandar la Morfología, que me queda por determinar algunos morfemas nominales y desinencias verbales que son más complicadas, pero me parece demasiado por ahora.

Respecto a las leyes diacrónicas seguro que podemos encontrar alguna más que 30, todas han sido el resultado de la pura experimentación y praxis a lo largo de mis estudios.

Mis amigas y amigos catalanes pueden hacer lo mismo que un servidor ha hecho con el español y el vascuence, que todavía queda para rato…..Lo mismo Hipólito con el gallego y portugués…rastreando los rasgos del substrato ibérico en sus respectivas lenguas.

De los dialectos del ibérico ya hablaremos más tarde, según diacronía y diatopía.
De la familia ibérica, yo lo veo relacionado con las grafías de época de Minos, cretense, también, con la familia de la lengua etrusca, que lo vi más claro en los espejos etruscos del Británico. Lo demás, creo que otros compañeros saben mucho de ello,…

Las funciones morfosintácticas, sintácticas y unidades sintagmáticas las estudiaríamos más adelante, que también tengo algo avanzado…

Respecto al significado o Semántica de:-)
El léxico
El significado de sintagmas
El significado de oraciones
El significado del texto o Pragmática,

veo que tiene mucho y muy bueno Antoni y otros compañeros y compañeras. Por eso le pido a Antoni y a otros paciencia y perdón por mi atrevimiento de enfocar el estudio sin tener en cuenta los rasgos circunstanciales de tiempo, lugar y modo del texto, y que llegaremos a lo práctico, al verdadero significado textual.

Creo que entre todos podremos llegar a un acuerdo razonado, objetivo y realmente científico para exponerlo en algún foro de Donostia 16.

‘Diezmero’ se puede entender como plato petitorio o limosnero….que sí entraría perfectamente en su contexto circunstancial.

‘Ire’ es un dativo pronombre personal ‘A ti’

‘Bototas’ creo que es un nombre común porque es un vocativo referido al oficio. Su descendiente pienso que es ‘bodudun’ que significa ‘Oh profeso, (consagrado, sacerdote)’, por tanto se trata de una autoridad de religiosa.

p) Eduard Selleslagh

Naturalmente, Antoni tiene razón: con la pronunciación exacta no vamos a entender más de la lengua. Pero combinado con la propuesta de Carme sí tiene sentido:

Primero, tenemos que conocer lo más exactamente la palabra para poder compararla con otras lenguas; a veces la ortografía esconde más que desvela.

Segundo, formular las leyes de transformación fonética propias de la lengua nos permite remontar en el tiempo. Combinado con el punto siguiente, podemos aprender mucho.

Tercero, el estudio de la filiación del íbero, por especulativo, tentativo o provisional que sea, nos permite sospechar dónde buscar eventuales cognados, y estos nos pueden llevar a un mejor entendimiento del sentido de la palabra. Obviamente, para esto son necesarios los dos puntos precedentes.

Por estas razones estoy muy a favor de la propuesta de Carme. En el pasado reciente ya me he aventurado en esta dirección (mis publicaciones en www.academia.edu) y creo haber detectado datos significativos aunque no definitivos.

En cuanto a la leyes de evolución fonética, les recomiendo las dos principales publicaciones de Gianfranco Forni (en www.academia.edu ). A primera vista, empezando por el título. parece chocante e increíble (insinúa que el euskera es una lengua IE), pero el contenido es muy serio, aunque sus conclusiones son inaceptables (las ha ablandado después). Esto se aplica al euskera (y otro artículo al etrusco), pero sí puede ser importante para el íbero, porque parece que han estado en contacto duradero de tipo Sprachbund, y que la fonética íbera se parece bastante a la vasca.

Aplicando estas leyes al revés (remontando en el tiempo), se puede detectar bastante más (pero no tanto como él piensa) IE muy antiguo y menos antiguo, lo mismo en íbero (aunque en este parece a veces de tipo IE italoide o luvio/anatólico, en más casos que en euskera, lo que sugiere una introducción en el euskera desde el íbero). Yo de mi parte veo también un fondo antiquísimo de urálico/altaico y/o indo-urálico.

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• Jueves, Enero 08th, 2015

k) Antoni Jaquemot

No creo que el íbero sea una lingua franca si entendemos ésta como un mero sistema de comprensión  entre distintos pueblos de lenguas diversas con necesidad de efectuar intercambios comerciales.  Esto ya lo apuntó Javier de Hoz. Se opone a este criterio los topónimos de origen ibérico en todo lo largo del área de la lengua y que por naturaleza  son muy conservadores, se hallan tanto al interior como en la costa.

Ahora bien, sí es possible, como indica Javier Velaza, que haya habido una expansión invasiva de otra lengua no indoeuropea similar que hubiera fijado la lengua escrita en un corto período de tiempo, doscientos o trescientos años, de norte a sur, que demuestra la inalteración de su léxico a todo lo largo del territorio, desde Narbona hasta Almería. Él apunta que, en este caso con más tiempo, una lengua común hubiera padecido diferencias dialectales observables.

En palabras importantes como “piedra” y “agua” aparecen dualidades:

Piedra, montaña, peña:

Pal / pala / bala / mala (variaciones balla y malla). Escrito ibérico ‘bala’

cal, cala, car, quer. Escrito ibérico ‘kala’

Agua:

olo, tolo (variaciones  oro / uro / ur / toron / turz.  Escrito ibérico: olo, tolo, turz

is / iz / ib / it. Escrito ibérico compuestos: isbatar, is-abel, istan, ister, isker, isgudur; iba, ibei, ibi, ibo; iti, itur.

La història de los griegos podrían corroborar en este sentido: Tucídides informa que los sicanos de Sicilia procedían de Iberia de la región del Sucro, Xúquer, (sicor>iskor, río rojo?) ahuyentados por los ligures.

l) Eduard Selleslagh

Mi comentario acerca del carácter de lingua franca ha sido un poco corto; los que han leido mis escritos sabrán que lo veo más complicado. Básicamente pienso que el íbero es una lengua muy mixta sobre un fondo profundo ‘urálico’ (con altaico), es decir originalmente un miembro del continuo aglutinativo sufijante eurasiático, al igual que el euskera primitivo.

La diferencia entre las dos consiste, en mi visión de las cosas, en que el euskera no se ha movido desde sus orígenes, mientras el ibérico ha viajado mucho, desde la estepa cerca de los Urales, via el valle caucásico Araxes-Kara, a Anatolia, el Egeo y las islas mediterráneas hasta el Levante español, arrastrando todo género de herencias recogidas en el camino (p.e. IE anatólico incipiente, 3000 a.C.).

También creo que los íberos llegaron por dos vías diferentes en la última etapa: una vía Mallorca, otra vía Cerdeña , Córcega y Liguria (los ‘ligures’) y que se reunieron por Cataluña. Llegado en la península, ha sufrido otra serie de influencias por contacto, en varias épocas: euskera (vía el valle del Ebro), lusitano/celta (italoide), griego, latín (directamente e indirectamente),…

Así que se puede considerar un pidgin que adquirió estatus de lengua criolla que se generalizó como lingua franca (al este de la línea ili-briga) por su dominación comercial-cultural (cf. el inglés actual). La expansión rápida fue entonces entre (en mi opinión) 3000 y 2200/2000 a.C. inmediatamente después de la reunion de ligures e íberos levantinos. Una influencia nada despreciable habría sido la llegada de los IE Italoides desde el area general del adriático/Italia alrededor de 2200-1900 a.C.(vía Portugal: Lusitanos > celtíberos bajo influencia vasco-íbera, etc.)

cal, cala, car, quer. Escrito ibérico ‘kala’: parece IE (*kar-), ‘duro’ (> eusk. harri)

is / iz / ib / it: una parte me parece una i- epentética, ib- etc. parece IE (*ap- etc.)

ur podría ser IE (cf. umbro ‘utur’, griego ‘hydo:r’, de PIE *ued-).

Olo…: posiblemente IE (*guor-) , cf. gr. ‘oros’ (montaña).

Pal / pala / bala / mala (variaciones balla y malla). Escrito ibérico ‘bala’ : No estoy seguro de que se relacione con ‘montaña’ vel sim., más bien con alguna raiz relacionada con ‘planicie’ (*p(e)la-).

De manera general, creo el ibérico como el euskera contienen mucho más IE muy antiguo muy ‘nativizado’. El caso del ibérico es aún más complicado por la diversidad de fuentes de IE y a veces de determinar por qué vía entró: p.e. ‘beles/bels/beltz’): raíz PIE *mel(a): vía el griego?? (además parece que también es urálico, osea de la fase indo-urálica). A notar que en ibérico parece haber un homónimo ‘beles’, de otra raíz PIE *mel- ‘fuerte, potente’ : yo leo Neitin-beles como ‘gran señor/dios Neptuno’ y Adimels (Adin-beles) como ‘líder sabio’.

En cuanto a Tucídides: no es siempre fiable, y es posible que cuenta la historia al revés: íberos levantinos viniendo de la región sicana de Sicilia.

Bueno, esta es mi opinión, por lo que valga.

Pal / pala / bala / mala (variaciones balla y malla). Escrito ibérico ‘bala’ : No estoy seguro de que se relacione con ‘montaña’ vel sim., más bien con alguna raiz relacionada con ‘planicie’ (*p(e)la-).

Addendum: Es posible que tiene que ver con los ‘malloak’ de Navarra. En este caso podría relacionarse con:

Root / lemma: pā- : pǝ- and pā-t- : pǝ-t-

English meaning: to feed, graze

German meaning: `föttern, nöhren, weiden’

y más exactamente con Lat. ‘pabulum’ (alimento) – o alguna variante celta quizás – porque los malloak se utilizaban como sitio donde recoger hierba para los animales (a veces con cables para descenderlo).

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• Miércoles, Enero 07th, 2015

i) Antonio Arnaiz Villena

Querida Carmen

Muchas gracias por tu clarificadora respuesta y tu esfuerzo de antes y de ahora ,que no hace nada mas que subrayar la complejidad del problema muy sucintamente expresado por mi de las estratificaciones fonemicas ibéricas en el espacio y en el tiempo. Además, de otras que tu añades.

Y que desde luego este es un problema principal y radical que tratar y que no esta resuelto.

Vamos a ver si podemos llegar a unas conclusiones de minimos o maximos.

j) Eduard Selleslagh

Quisiera comentar algunos comentarios de Carme Huertas:

1. No es excepcional que la estadística del inventario fonémico desvíe de la norma. Hay más lenguas con una preponderancia de /i/, como el griego moderno, donde es un fenómeno de evolución de los últimos 2000 años: la eta, la y, y todos los diptongos (excepto ai > e) se pronuncian /i/. En las lenguas descendientes del sanscrito domina la /a/.

Una pregunta: ¿cuál es la ‘Norma’ que utilizas? En el WALS no encuentro nada específico.

2. El símbolo Y: es cierto que tiene carácter nasal de alguna forma (como letra, como un tipo de diacrítico nasalizante, de pre-nasalización…): la transcripción contemporánea (Romana/Latina) de ‘Ybar’ como ‘um(m)ar’ es prueba suficiente.

El argumento de que Y como nasal destruye la estadística, y aun menos el que hace algunas palabras inpronunciables no vale: p.e. en etrusco y en licio existen numerosas palabras con acumulaciones de consonantes ‘inpronunciables’. Como explicó p.e. X. Ballester, esto supone sólo apócope escrito, no en la pronunción; en realidad se debe haber aplicado un tipo de anaptyxis sistemática (inserción de vocales, quizás de tipo ’schwa’) durante la pronunciación, como en muchas lenguas eslavas modernas.

Cito estas dos lenguas, porque segun mi entender (véase mis publicaciones en www.academia.edu) los íberos vinieron desde el Egeo/Anatolia (aunque no creo que fue su ‘Urheimat’ original, sino la zona Proto-Urálica) vía las islas mediterráneas. Creo haber detectado varios rasgos de tipo Luvio, y vestigios de IE anatólico (aunque no es una lengua IE). El licio es particularmente interesante por varias razones: nasalización compleja (de vocales, y de los nasales mismos), acumulación de consonantes en grupos ‘inpronunciables’, muchos vestigios de un carácter aglutinante anterior, indoeuropeización relativamente baja, etc.

La cuestión de la nasalización en euskera está lejos de ser esclarecida: ver p.e. Ander Egurtzegi ‘Towards a phonetically grounded diachronic phonology of Basque’.

3. Estadística irregular: el íbero y el antiguo euskera carecían /p/ inicial e intervocálica (quizás excepto como alófono), algo que contagió al celta ibérico, y fricativas y grupos consonánticos complejos. El celta ibérico vocalizó consonantes silábicos del PIE: p.e.:  r, l /(>ri, li), lo que parece indicar que el íbero en contacto tenía una característica similar (> otra fuente de i). A notar también que el Proto-Urálico (y Proto-Altaico) tenía un inventario consonántico muy limitado (sin sonoras, sin glotálicas, sin aspiradas, …). El finlandés y muchas otras lenguas todavía tienen algo de esto, excepto el hungaro (y el etrusco, que podría ser un pariente lejano, antes de separarse) que se ha frictivizado, probablemente bajo influencia germánica.

Aparte de esto, creo que las ideas de Carme son refrescantes y prometedoras.

Comentario general: tengo más y más la impresión de que el íbérico es una lengua muy mixta, con aspecto ‘pidgin’ (p.e. con conjugación muy simplificada, con elementos de origen diverso): urálico como fondo profundo (al igual que el euskera), euskera, bastante indo-europeo de fuentes diversas: lusitano/celtíbero, anatólico,  latín, y una capa IE muy antigua (yo creo del impresso/cardial, 5500 a.C.) y muy ‘nativizada’ fonéticamente, via el euskera. Creo que esto es el problema fundamental: no se puede clasificar el ibérico, porque pertenece a varias familias. Lo que no sería sorprendente para una ‘lingua franca’.

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• Martes, Enero 06th, 2015

f) Victor Montañes

El silabario me parece correcto y la letra con forma de Y creo que responde a una W o v no oclusiva, sino alargada con dos sonidos, el primero quizás parecido a “g-” y el segundo a “u”. De aqui que las palabras con “w” den en otros idiomas “gu- ” o “qu-”. Por cierto: habeis pensado que “gu-” del vasco no sea lo mismo que el “we” del inglés o el aleman? Lo digo porque cada dia veo más parecidos entre lenguas anglosajonas y el mismo vasco: you are es igual zu z.ara, y estos parecidos creo que no son casuales.

g) Carme J. Huertas

Mi análisis es puramente lingüístico y deseo argumentar a favor de la necesidad de trabajar con el signario ibérico originario y no con transliteraciones. La razón es que estoy convencida de que hay errores de interpretación que están dificultando el desciframiento de la escritura. Creo que todavía no hemos dado con la llave que nos va a permitir interpretar correctamente las inscripciones.

El primer comentario es sobre fonética. Si consideramos las leyes de la lingüística (que se aplican inexorablemente a todas las lenguas del mundo) vemos que la distribución de sonidos de la lengua ibérica no sigue la Norma, eso es si aceptamos como correcta la propuesta de Gómez Moreno. Por poner un ejemplo, las lenguas suelen basar su sistema vocálico en la oposición de sonidos (para mejorar la efectividad comunicativa) por lo que muestran una clara preferencia por una distribución amplia de vocales, mayoritariamente las más usadas son  A-I-U donde la /i/ puede desplazarse hacia la /e/ y la /u/ hacia la /o/ (vocales medias). Sin embargo en ibérico esto no es así. Los textos muestran una clara preponderancia de la vocal /i/, es la vocal más representada en todas las épocas y territorios y es la más estable. Esta vocal /i/ es la responsable del proceso de palatización tan presente en las lenguas peninsulares actuales (formadas sobre el sustrato ibérico).  Lo curioso es que la segunda vocal más representada es la /e/ y esto se contradice con la Norma, porque ambas vocales son palatales y con escasa oposición.  La tercera vocal es la  /a/ y finalmente la /u/ seguida, en menor medida, por la /o/.  Este tema debe hacernos reflexionar porque podríamos encontrarnos ante algo que ya se ha estudiado en las escrituras antiguas del próximo oriente, normalmente escritas en cuneiforme, que utilizan escritura plena y reduplican vocales porque se basan en escrituras silábicas que no saben representar consonantes aisladas. Esto podría significar que un signo interpretado hasta ahora como KI o como KE, podría claramente ser una K, una consonante sola, según en qué contextos.  También es habitual que el texto no se segmente en palabras sino en unidades fonotácticas, es decir, que se una la coda (final) de una palabra con la abertura (inicio) de la siguiente. Eso produce constantes elisiones (tema que ha tenido en cuenta Bienvenido Mascaray). En este caso, muchas de las fragmentaciones propuestas por los especialistas podrían estar mal.

Siguiendo con la fonética, aunque no tengamos registro grabado de la voz, como se lamenta  Antonio Arnaiz Villena,  sabemos cómo se comportan las lenguas. Y aplicando stricto sensu las leyes de la lingüística, nos faltan fonemas. Sabemos que el inventario de sonidos ibérico  era más amplio que el latino por lo tanto cualquier transliteración basada en el alfabeto latino (que sólo tenía 14 consonantes) ha de ser, por fuerza, reduccionista: los romanos adaptaban la pronunciación a las letras que más se parecían a las suyas, lo que no debía resultar fácil: es como intentar escribir el árabe con nuestro alfabeto.  Además el latín tenía oposición de longitud (vocales breves y largas; consonantes simples y geminadas) mientras que el ibérico tenía oposición de timbre (consonantes sordas y sonoras; vocales abiertas y cerradas). De nuevo me remito a las leyes de la lingüística: los procesos fonológicos siguen leyes muy estrictas que se aplican por analogía. Si aplicamos las leyes de Grimm y Verner nos falta identificar los sonidos africados y palatales, sonidos que están presentes tanto en el euskera  como en el resto de lenguas peninsulares, especialmente en el catalán y el gallego.  De nuevo debo mencionar que estas lenguas son las que se han formado sobre el sustrato ibérico.

Otro tema a considerar es la distinta representación de un mismo sonido, con trazos de más o de menos. Este tema, que como apunta Antoni Jaquemot estudió y sistematizo Joan Ferrer i Jané,  creo que puede acarrear nuevas sorpresas.  En mi opinión, no es tan importante hallar inconsistencias o variabilidad de una zona a otra, sino hallar representaciones claramente diferenciadas en un mismo texto.  Esta diferenciación intencionada ha de ser, por fuerza, significativa, por lo que obviarla es un error.

Finalmente quiero mencionar que algunos signos están mal interpretados. Me remito a un estudio estadístico realizado en el año 2011 en el que analicé la distribución diacrónica y sincrónica (por cronologías y territorios) los distintos signos presentes en una selección de inscripciones ibéricas. Escogí los textos más largos por considerar que eran los que mejor representarían la lengua oral (porque por fuerza deben incluir oraciones completas, lo que es más raro en inscripciones breves).  Os remito al estudio en PDF colgado del enlace que se incluye más abajo. Una de las conclusiones es que el famoso signo /Y/ mencionado por  Eduard Selleslagh no puede ser una nasal porque destruye la estadística. Y esto quizá no sería relevante si no apareciera en contextos de contacto consonántico en los que, como consonante, resulta impronunciable.  Esto se ve clarísimo en el plomo V de Orleyl, de la Vall d’Uxó (Castelló), ref. MLH F.9.5: el signo Y aparece seis veces entre una  N y una L.

Por todo lo expuesto, creo que el signario ibérico requiere un estudio en mayor profundidad que nos obligará a replantear lo que creemos que sabemos sobre la escritura y la lengua ibérica.

h) Eduard Selleslagh

1. No es excepcional que la estadística del inventario fonémico desvíe de la norma. Hay más lenguas con una preponderancia de /i/, como el griego moderno, donde es un fenómeno de evolución de los últimos 2000 años: la eta, la y, y todos los diptongos (excepto ai > e) se pronuncian /i/. En las lenguas descendientes del sánscrito domina la /a/.

Una pregunta: ¿cuál es la ‘Norma’ que utilizas? En el WALS no encuentro nada específico.

2. El símbolo Y: es cierto que tiene carácter nasal de alguna forma (como letra, como un tipo de diacrítico nasalizante, de pre-nasalización…): la transcripción contemporánea (Romana/Latina) de ‘Ybar’ como ‘um(m)ar’ es prueba suficiente.

El argumento de que Y como nasal destruye la estadística, y aun menos el que hace algunas palabras impronunciables no vale: p.e. en etrusco y en licio existen numerosas palabras con acumulaciones de consonantes ‘inpronunciables’. Como explicó p.e. X. Ballester, esto supone sólo apócope escrito, no en la pronunción; en realidad se debe haber aplicado un tipo de anaptyxis sistemática (inserción de vocales, quizás de tipo ’schwa’) durante la pronunciación, como en muchas lenguas eslavas modernas.

Cito estas dos lenguas, porque segun mi entender (véase mis publicaciones en www.academia.edu) los íberos vinieron desde el Egeo/Anatolia (aunque no creo que fue su ‘Urheimat’ original, sino la zona Proto-Urálica) vía las islas mediterráneas. Creo haber detectado varios rasgos de tipo Luvio, y vestigios de IE anatólico (aunque no es una lengua IE). El licio es particularmente interesante por varias razones: nasalización compleja (de vocales, y de los nasales mismos), acumulación de consonantes en grupos ‘inpronunciables’, muchos vestigios de un carácter aglutinante anterior, indoeuropeización relativamente baja, etc.

La cuestión de la nasalización en euskera está lejos de ser esclarecida: ver p.e. Ander Egurtzegi ‘Towards a phonetically grounded diachronic phonology of Basque’.

3. Estadística irregular: el íbero y el antiguo euskera carecían /p/ inicial e intervocálica (quizás excepto como alófono), algo que contagió al celta ibérico, y fricativas y grupos consonánticos complejos. El celta ibérico vocalizó consonantes silábicos del PIE: p.e.:  r, l /(>ri, li), lo que parece indicar que el íbero en contacto tenía una característica similar (> otra fuente de i). A notar también que el Proto-Urálico (y Proto-Altaico) tenía un inventario consonántico muy limitado (sin sonoras, sin glotálicas, sin aspiradas, …). El finlandés y muchas otras lenguas todavía tienen algo de esto, excepto el hungaro (y el etrusco, que podría ser un pariente lejano, antes de separarse) que se ha frictivizado, probablemente bajo influencia germánica.

Aparte de esto, creo que las ideas de Carme son refrescantes y prometedoras.

Comentario general: tengo más y más la impresión de que el íbérico es una lengua muy mixta, con aspecto ‘pidgin’ (p.e. con conjugación muy simplificada, con elementos de origen diverso): urálico como fondo profundo (al igual que el euskera), euskera, bastante indo-europeo de fuentes diversas: lusitano/celtíbero, anatólico,  latín, y una capa IE muy antigua (yo creo del impresso/cardial, 5500 a.C.) y muy ‘nativizada’ fonéticamente, via el euskera. Creo que esto es el problema fundamental: no se puede clasificar el ibérico, porque pertenece a varias familias. Lo que no sería sorprendente para una ‘lingua franca’.

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• Domingo, Enero 04th, 2015

e) Antoni Jaquemot

La transcripción que haces de  Yunsir lo encuentro con el signo correspondiente a ‘i’  no a la nasal Y o V en el plomo de Marsal que translitera IUNSIRTE. En el plomo d’Ensérune aparece el nombre de URSA. En vasco ‘urso>uso’ “paloma” (‘en-) determinante o titulo: Encamp, Envalira, en Joan, en Ramon) podria ser “lugar de palomas” *ursona.

La cuestión del alfabeto íbero no es un problema difícil. La transcripción de las palabras íberas las sabemos a través del alfabeto griego y en las transliteraciones latinas de nombres propios tanto personales como topónimos. Precisamente estos últimos han sido los que nos han permitido  leer su alfabeto. Todo alfabeto intenta ajustarse a los sonidos de las palabras. Podemos perder la sonorización exacta, el timbre, el acento prosaico pero apreciar  la caída de una letra final de palabra al unirse con otra.

El alfabeto que tengo en cuenta es el ibérico nordeste y central del cual poseemos más escritos. El del sudeste, el que se escribe de derecha a izquierda,  lo dejo a parte porque contiene elementos del tartesio.

Por lo tanto, el alfabeto tartesio y púnico no lo toco como el que representa el silabario de Espanca que es púnico con elementos tartesios. El tartesio no era una lengua semítica y necesitaba añadir nuevos signos que el púnico no escribe. Con eso no quiero decir que la lengua tartésica y el íbero no tuvieran relación, simplemente que su alfabeto es redundante y se me escapa. Prefiero atender a lo más cercano y conocido que ya es bastante.

No intento reproducir los sonidos de la lengua íbera sino su semántica escrita o sea su desciframiento.  Tovar,  Domingo Fletcher y Rodríguez Ramos no difieren en absoluto de la lengua nordeste y central. Las dudas que habían han sido resueltas al descubrir el sistema dual por Joan Ferrer i Jané que ha desvanecido la teoría de Javier de Hoz, de una lengua distinta en el norte catalán (confusión del signo BO con el TA).

Centrémonos en lo que sabemos seguro todos. Quien mucho abarca poco aprieta. Si encontramos palabras ibéricas del substrato y del vasco , obtendremos conocimiento de qué trata el asunto del texto que estudiamos. En un documento comercial escrito en un plomo en el que figuren números, nombres personales y mercaderías que hayamos sabido descifrar descubriremos el asunto. Quizá no sepamos quien es quien: el comprador, el vendedor, el intermediario o los observadores, pero sabremos que es un intercambio o compra-venta en el cual han intervenido distintos personajes.

La gramàtica se nos presentará cuando seamos capaces de reproducir el  sentido total del texto. No empecemos por el tejado.

Huyamos del esoterismo, de interpretar los signos como algo mágico. De querer ver en el íbero otras lenguas, como el griego antiguo, el etrusco, el tamazig o el arameo y seamos capaces de separar el celta del íbero en el silabario ibérico.

Silabario utilizado por A. Jaquemot: Signatari iberic sept_cent

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