En el Diario de Noticias Patxi Aranguren, profesor de economÃa de la Universidad Pública de Navarra ha publicado el siguiente artÃculo. En un estilo épico parecido al de Xaho, remarca la antiguedad e importancia de nuestra lengua:
En el principio era la palabra, y la palabra creó la primera lengua, y esa lengua fue ofrecida al hombre, al primer grupo de seres humanos que levantó la mirada al cielo. Y esa lengua primigenia habitó entre nosotros y la llamamos euskera o eskuera porque nos fue entregada en mano.
Y a los que se nos confió la custodia de esa lengua sagrada se nos dio el nombre de euskaldunak, que quiere decir poseedores del euskera. Nos fue ofrecida con la encomienda de transmitirla a nuestros descendientes, de mantenerla a través de los siglos y de cuidarla como un tesoro de gran valor.
Y para que creciese robusta y se desarrollase como un árbol frondoso se nos dio una hermosa y verde tierra que manaba leche y miel. En nuestro edén, en nuestro paraÃso terrenal, que se extendÃa a ambos lados de unos montes rebosantes de vegetación, creció exuberante nuestra lengua mientras el cielo se llenaba de cánticos que salÃan de las gargantas de nuestros hijos, y de los hijos de nuestros hijos.
Nuestros ancestros juraron preservar inmaculada nuestra lengua para siempre. Pasó el tiempo, pasaron los siglos, pasaron los milenios, y los hombres se extendieron por toda la superficie de la Tierra. La lengua primigenia evolucionó de mil maneras, llegó Babel, se formaron nuevas lenguas y cada pueblo adoptó una nueva lengua ininteligible para los demás.
Pero, milagrosamente, sorteando todo tipo de adversidades e impasibles ante el paso del tiempo, los descendientes de aquel primer grupo humano que permaneció en el territorio primigenio, mantuvo viva y pura su lengua euskérica hasta el dÃa de hoy. Hoy, el euskera sigue siendo un manantial que sigue manando desde la noche de los tiempos.
La mayor parte de los lingüistas están de acuerdo en afirmar que el euskera es la lengua viva más antigua de Europa Occidental. Su antigüedad se remonta como mÃnimo a tiempos neolÃticos, aunque hay evidencias lingüÃsticas que demuestran que su origen puede estar mucho más atrás.
Asà por ejemplo, la raÃz haitz (piedra) está presente en el nombre de varias herramientas de metal, pero que los vascos todavÃa siguen denominando como si fueran útiles paleolÃticos: aizkora (hacha), aizto (cuchillo), aitzur (azada) o zulakaitz (cincel). Otro vocablo antiquÃsimo es la raÃz ur, que hoy traducimos como agua, pero que en su origen pudo significar materia viva. AsÃ, con la raÃz ur se forman lur (tierra), elur (nieve), zur (madera), hezur (hueso). También es muy antigua la raÃz iz que significa energÃa o luz, de la cual derivan izar (estrella) izan (verbo: ser), izadi (naturaleza), izaki (criatura viviente).
La palabra vasca horma quiere decir simultáneamente pared/hielo, lo que nos transporta a la última glaciación, cuando las paredes de las casas eran de hielo. Estas y otras muchas evidencias han llevado a afirmar a numerosos lingüistas e historiadores que la lengua vasca puede considerarse heredera directa de la lengua que hablaban las gentes que habitaron hace 15.000 años las cuevas de Altamira, Ekain o Lascaux durante la última glaciación.
Un comentario
Viernes, 23. Mayo 2014
forever recovery…
click here for top quality information on addiction available…