Resumido por Antoni Jaquemot
Touareb_histoire Malika Hachid: Des signes et des lettres
Les Paléoberbères, et peut-être déjà les Protoberbères bovidiens du Sahara et les Protoméditerranéens du Maghreb ont donc possédé des symboles ayant valeur de véritables idéogrammes, une graphie naissante porteuse de sens et issue de leur art géométrique. Assurément, ils ont dû l’améliorer au contact d’autres systèmes d’écriture et alphabets de la Méditerranée orientale.
Panel epigráfico de El Cuchillete de
Buenavista (Fuerteventura).
Aparte de la escritura bereber los indígenas de Lanzarote y Fuerteventura usaron la latina para escribir el mismo idioma.
IZURAN. La lengua bereber (tamazight) es una de las pocas que cuenta con alfabeto propio. Esta escritura extendió su uso desde la antigüedad por gran parte del Norte de África, incluyendo el archipiélago canario. A pesar del silencio de las crónicas al respecto la arqueología demuestra que esta escritura fue practicada por indígenas canarios de las siete islas Canarias, donde existen inscripciones epigráficas grabadas en las rocas e incluso maderas que nos han llegado hasta nuestros días.
Las letras del panel de El Cuchillete son latinas. Comparad con el alfabeto tamazig.
Este alfabeto, como podéis observar en la siguiente imagen , es distinto de los otros alfabetos.
Queda reflejado que es distinto del ibérico tanto el idioma como el alfabeto
Morfología
Las raíces en bereber, como en otras lenguas afroasiáticas, están formadas por un “esqueleto” consonántico fijo, en el que se infijan las vocales gracias a lo cual pueden obtenerse formas flexivas diferentes, tanto en el nombre como en el verbo. Este procedimiento morfológico de la infijación, raro en otras familias de lenguas, se suplementa abundantemente con la sufijación y la prefijación. La mayoría de raíces tienen 2 o 3 consonantes, aunque también existen raíces de 1 y 4 consonantes. Morfológicamente también es común el debilitamiento de consonantes o su reforzamiento como procedimiento morfológico, y se recurre con frecuencia a la infijación como procedimiento morfológico. Esta última característica es bastante típica de las lenguas afroasiáticas.
En el nombre se distinguen géneros gramaticales con dos valores posibles: masculino y femenino. Los nombres masculinos frecuentemente empiezan por vocal, mientras que el género femenino se marca mediante el sufijo -t o el prefijo t- y ocasionalmente el circunfijo t-…-t, derivado del protoafroasiático *t. Los verbos a diferencia de las lenguas indoeuropeas tienen marcas que indican también el género del sujeto.