• Viernes, Enero 04th, 2019

Jesus Gonzalez Artabe

Antes de 1923 Ur de Caldea era únicamente el nombre de una población que aparecía en la Biblia.

A partir de esta fecha y gracias a los esfuerzos de una excavación anglo americana dirigida por L. Woolley empieza a tener sentido la historia de Abraham que en algún momento salió de Ur de Caldea.

Aparte de lo apasionante que es la historia de estas excavaciones siempre me había gustado que la mayor sorpresa que reservaba Ur llegó cuando alcanzaron 6 años después la cota cero. Para su sorpresa no se trataba de roca si no era lodo lo que había en el fondo. Pero Woolley se dio cuenta que aquello no era la roca madre y mando realizar catas en aquel sedimento. 3 metros más abajo y ante su gran sorpresa vuelven a encontrar restos de asentamiento humano pero en los que la cerámica es manual y las herramientas son de silex.

Tras realizar en otros lugares nuevas catas confirman la existencia de un asentamiento primitivo de lo que con el tiempo llego a convertirse en la gran ciudad de Ur. Edad estimada de estos primeros asentamientos 4500 años antes de nuestra era. Los periódicos de la época dieron la noticia como la localización de las pruebas del Diluvio.

Pocos años antes a principio del siglo 20 en la excavación de Nínive se encontraron 12 tablillas de barro que años después fueron traducidas y hoy las conocemos como la Epopeya de Gilgamesh en dónde se describía un suceso muy similar al que la Biblia se refiere como el diluvio.

No deja de ser curioso que haya dos relatos muy coincidentes de un hecho catastrófico consistente en una gran inundación. Muy probablemente existió una catástrofe que quedó grabada en el imaginario colectivo y transmitido de generación en generación.

El imaginario colectivo que importante es y cuántas de nuestras leyendas que aparecen como fantasía tuvieron sucesos reales ocurridos en otras épocas.

Pasa algo parecido con la llamada Torre de Babel (torre de la confusión) pero para nosotros lo singular es como Yahveh castiga a los humanos” que hablaban el mismo idioma”. Para ello hace que no se puedan entender cuando se comunican…..” y desde allí los disperso por el haz de la tierra entera”. Imaginar la fuerza que tuvo que tener el hecho de no poderte comunicar con otros humanos cuando llevaban haciéndolo miles de años para que se recordase y fuera escrito en el primer libro de historia.

Sí tras los análisis comparativos de buena parte de las lenguas de la Europa actual se encuentra un inicial nexo común.

Sí este nos indica un origen único para el primer idioma que deja de ser un lenguaje primario comunicativo.

Si tal y como pensamos se genera en el Sahara cómo lugar donde el Neolítico se inicia 3000 años antes que en el Creciente Fértil.

Sí para alcanzar la complejidad que precisa un idioma es necesario número elevado de personas que lo hablen y esto solo se consigue con la enorme multiplicación de humanos que tuvo que producirse con el Sahara verde neolítico.

Sí además es necesario que la transmisión se realice a lo largo del tiempo y de las generaciones que colonizan nuevos territorios compartiendo con ellos sus conocimientos, habremos de concluir que esté hecho solo se da en el Sahara.

El problema es que todo ello queda yugulado por el inicio de la desertificación qué obliga a la dispersión de los humanos y sepulta bajo las arenas buena parte de su civilización y de sus conocimientos. Hablan el mismo idioma, Dejan su  impronta en muchos antiguos y queda reflejado en los modernos idiomas que se hablan en Europa para todo aquel que lo quiera ver.

El problema reside en que ese idioma primitivo es el proto euskera y de nada sirven las demostraciones que los topónimos sean posibles de traducir a través de sus partículas y que un topónimo solo se crea cuando se necesita transmitir algo a otro miembro del grupo .

Nada de esto vale.

En los libros no hay nada escrito sobre este tema y si no podemos consultarlo en ellos para la ciencia oficial y lo que es peor para una gran parte de los llamados científicos no existe a pesar de que para ello tengan que obviar los muchos indicios que existen de que la realidad humana pudo ser parecida a esta hipótesis

Antoni Jaquemot Ballarin

¿Y por qué no el protosumerio, el protocopto, el protohitita, el protocananeo o el sánscrito, por no hablar de las lenguas protoaltaicas o japonesas? El tamazig está más cerca de las lenguas omóticas o etíopes antiguas y que no tienen relación con el euskera. Indica qué indicios son éstos.

Ekisbir 2019 (ibérico)

Jesus Gonzalez Artabe

No me suele gustar responder a las posiciones críticas con nuestras ideas porque en principio creemos que todas las personas tienen su derecho de opinión crítica. Que incluso lo tienen aún cuando su crítica no aporte nada positivo sino que lo que haga sea simplemente negar el punto de vista del otro.

Hay una segunda razón que tiene que ver con una cierta filosofía oriental de que entrar a desmentir las posiciones negativas es acabar entrando en un agujero negro que absorbe tu propia positividad.

Hay un tercer motivo que me han enseñado los muchos años de concluir que dado el ego de las personas nunca a través de una controversia consigues que se acepten tus posiciones. Con lo cual el esfuerzo es  siempre baldío.

Javier Goitia

Tus mensajes están llenos de esperanza y de deseos de saber más.

Yo comparto tus valores y tus límites, por eso miro con avidez todo descubrimiento nuevo, esperando que cada nueva publicación traiga algo. Es decir, estamos abiertos a la revisión. Pero a veces, releer un viejo documento, puede darte una idea que antes no viste.

Pero lo primero no es general; he tenido muchos amigos y conocidos que prefieren la otra opción, la de asumir solo lo ya filtrado y acordado por el cuerpo del poder como auténtico e inamovible. Son los amantes del “Libro de Petete”, los que están más del lado de la memoria que de la inteligencia. Pero son los que mandan en editoriales y cátedras, en radios y periódicos.

La pena es que una vida no da como para penetrar en todas las disciplinas y extraer conclusiones de sus cruces y contrastes; no obstante no me rindo a abandonar ese gusto por admitir nuevas verdades, por esperar que en las excavaciones, en lo que se encuentra en “Tells” y otros yacimientos…, pero también en la arqueología del lenguaje, tema en el que no se ha hecho casi nada por ese filtro pegajoso que es el binomio (trinomio) Latín-Griego-IE, que quita valor a otras herramientas.

En fin, que merece la pena leer lo que aporta y lo que no aporta, lo que atrae y lo que aburre, porque en el hormigón, muchas veces no es el cemento ni la grava lo más importante, sino un aditivo en cantidades microscópicas, que le da fluidez para que la masa ocupe todo el encofrado.

Saludos y que nadie deje de escribir y leer por falta de sitio; si deja, que sea por falta de ganas.

Antoni Jaquemot Ballarin

Yo no niego cualquier posibilidad, pero ésta se ha de demostrar. Discurrir sobre un tema aporta conocimientos. Desde el momento que en un foro se indica una opinión se suele esperar un comentario. Mi experiencia me ha enseñado a rectificar un montón de veces   y he aprendido.

Javier Goitia

Hola amigos; desde hace unos 60 años oigo que el Thamazig está emparentado con el Euskera.

En los últimos 20, he trabajado sobre lo mejor que he conseguido, el Diccionario Español-Rifeño, Rifeño-Español de PH Sarrionaindía y siendo euskaldún y mirándolo con cariño, solo he encontrado dos voces claramente emparentadas.

Son “so” y “arre”, las expresiones con que en Euskadi se habla a las acémilas para indicarles parar o correr.

Volveré a dar otro repaso a sus 776 páginas a ver si añado algo…

Sin embargo, los romances, el Latín y entre las lenguas germánicas, el Inglés, está plagados de coincidencias.

Eduard Selleslagh-Suykens

Efectivamente. El T-amazigh-t es una lengua (varios dialectos/variantes) que pertenece a una (libico-bereber) de las 5 o 6 ramas del afro-asiático. Se parece gramaticalmente y léxicamente al semítico (otra rama del AA: árabe, hebreo, aramaico, fenicio,…) y tiene características comunes bastante típicas (p.e. flexión interna, feminino con t- o -t,…: amar = caballo, tamart = yegua).

El euskera es una lengua aglutinante SOV, ergativa, sufijante  etc.que no pertenece ni de lejos al afro-asiático. Es de otra familia, posiblemente relacionada con el PIE de manera muy rermota (de una época pre-PIE, final de la glaciación). Gramaticalmente (aglutinación, SOV, sufijante,…) tiene algun parecido con el urálico (finlandés, húngaro,…) y altaico (turco) pero sin afinidad genética demostrable, aunque parece contener unos cuantos  préstamos (p.e. ‘ume’) de estas lenguas (contacto en zona peri-glacial al final de la época del hielo).

El euskera y el ibérico (y el paleo-europeo del LBK al norte de los Pirineos y Alpes, con rasgos vascónicos) son lenguas con una historia migratoria similar al IE, pero bastante anterior. Ca. 5.500 vs. ca. 2.200 a.C.(en Iberia). No son lenguas ‘aisladas’, sino huérfanas, porque se murieron sus parientes directos. No han caido del cielo, sino pertenecen a una familia casi completamente desaparecida, de antiguedad igual que los antepasados del PIE. Los vascos son genéticamente similares a la mayoría de los europeos (R1b1); son los primeros europeos neolíticos (impresso/cardial).

La comparación con las lenguas caucásicas (que ni forman una sola familia) fue muy popular en su día, pero dió cero resultado verificable. Al contrario, la comparación con las raíces PIE (p.e.* bhagh- <-> e-bak-i) y muchos morfemas IE (p.e. -ko, -sko, -en, -te/ti,….) parece indicar alguna relación muy, pero muy antigua, pre-PIE (según la definición habitual). Comparte también algunos de estos morfemas con el urálico y el altaico (p.e.  genitivo -en).

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