Euskeraren Jatorria: Parece que la colaboración de las instituciones sorianas y de Castilla-León han ayudado en este proyecto. ¿Te han puesto alguna traba por la presencia del euskera en las lápidas?
Eduardo Alfaro: En absoluto. Desde que propuse mis primeras prospecciones a finales de la década de los noventa tuve acceso incondicional a toda la documentación arqueológica existente en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Soria, con apoyo explícito de la arqueóloga territorial y de los sucesivos jefes de servicio; desde que en 2007 planteé al Servicio de Planificación y Estudios de la Junta en Valladolid mi proyecto de investigación Idoubeda Oros, siempre han estado presentes con su aportación económica y nunca pusieron objeción a mis planteamientos, al contrario, siempre fueron receptivos a mis propuestas de investigación, ininterrumpidas año tras año en campañas de verano desde que abrimos por primera vez el yacimiento de Los Casares de San Pedro Manrique en 2009.
Euskeraren Jatorria: Y la gente soriana ¿cómo ve el tema? ¿Qué opina al respecto?
Eduardo Alfaro: Salvo en ámbitos académicos apenas tuvo repercusión hasta que defendí mi tesis en enero de 2018. A partir de ese momento salieron algunas noticias en la prensa provincial y sí que hubo cierto eco; lo que a mí me llegaba era respeto y sobre todo sorpresa que en ocasiones y todo lo más, se recubría de un sano sentido del humor. Pero lo más destacable es la concienciación que tiene ya la inmensa mayoría de las personas de Tierras Altas que conoce el tema, saben que tenemos un patrimonio excepcional, que es de absolutamente todos, y que nuestra responsabilidad es saber protegerlo, custodiarlo y divulgarlo.
Euskeraren Jatorria: En la primera valoración que hiciste ya comentabas que se está pensando hacer una exposición permanente con todo este tesoro. ¿Habéis pensado en dónde estaría, cómo se gestionaría…?
Eduardo Alfaro: Lo ideal sería que la mayoría de piezas pudiesen ser reunidas y visitadas en la comarca, en alguno de los pueblos en los que se han localizado la mayor parte de las inscripciones, es decir, en el nacimiento de la cuenca del Cidacos, la ladera septentrional de los Montes Claros. Estamos en un territorio casi desierto de gentes, muy despoblado, y uno de los escasos alicientes que puede tener este sector de la serranía soriana es la potenciación de su soberbio patrimonio natural y, en el caso que nos ocupa, también cultural. Evidentemente la competencia última del patrimonio cultural es de la Junta de Castilla y León y todo lo que se haga ha de tener como mínimo el visto bueno de la comisión de patrimonio correspondiente.
Euskeraren Jatorria: También comentabas que tal vez haya la posibilidad de acercar la exposición a Euskalerria. ¿Alguien os ha comentado ya el tema o se puede adelantar algo al respecto?
Eduardo Alfaro: Sí que me llegó algún comentario al respecto, pero nada directo y formal, a modo de sondeo previo. Y digo aquí lo que comenté entonces: cuando se plantee en firme, si se llega a plantear, lo primero que haré será ponerlo encima de la mesa del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Soria, competentes en el tema, para estudiar cómo, cuándo y dónde se puede llevar a efecto, si es que se puede llevar. En lo que a mí respecta qué duda cabe que tengo que ser receptivo pues supondría un salto importante en la divulgación de mi proyecto de investigación.
Euskeraren Jatorria: Has publicado recientemente tu tesis sobre todo este trabajo ¿Cuáles son las ideas más relevantes de dicha tesis?
Eduardo Alfaro: Una parte substancial está expuesta, dar una respuesta arqueológica a la contradicción que suponían los hallazgos onomásticos de las últimas décadas respecto a la historiografía previa. El vínculo en la Antigüedad de las actuales Tierras Altas de Soria con las ciudades del Ebro más próximas, especialmente Calagurris, es evidente también en otros aspectos como la onomástica latina, tanto en los nombres de familia ‒que pueden implicar relaciones clientelares‒ como en los propios nombres personales. Estos vínculos con la ribera del Ebro ponen en entredicho la visión/división étnica que se tenía de este territorio, céltico y pelendón, vinculado por tanto en época romana altoimperial al meseteño Convento cluniense (Burgos). La intensidad de relaciones de los altos valles de Cidacos y Linares con el fondo del valle del Ebro apunta a un vínculo administrativo con el Convento Caesaraugustano (Zaragoza), sea a través de un pequeño núcleo urbano que en este caso sería Los Casares de San Pedro Manrique, sea mediante la adscripción directa del territorio a Calagurris.
Euskeraren Jatorria: ¿Alguna cosa más que consideres comentar?
Eduardo Alfaro: Agradecer a todos los que han venido “allende el Ebro” hasta Santa Cruz de Yanguas el esfuerzo que han hecho, no es un recorrido fácil adentrarse y remontar las barranqueras de nuestros ríos hasta llegar a estas tierras de pastores y, sobre todo, agradecer el cariño y respeto que nos han mostrado, ejemplar, que en lo que a mí respecta ha sido emocionante, prueba de la profundidad del sentimiento que se tiene por una lengua, el euskera. Eskerrik asko.
Jueves, 10. Octubre 2019
ABRAZOS EDUARDO Y MIS MAYORES FELICITACIONES. SALUDOS PARA MARILUZ VICENTE MARIN