• Viernes, Junio 25th, 2021

a) Bernat Mira Tormo

CARRICOLA, Valencia

En la página 251 de Documentos y Datos, podemos leer: <<La sufijación átona del topónimo, presupone una base Karrica, que hallamos en una pequeña localidad castellonense: Cárrica, documentada <Carrica> y <Carriqua> en 1433 (6) y <Carrica> en 1489 (Cfr. ARV., Real 652, fol. 18).

Simonet registra la voz CARRICH = “carrizo”, “especie de caña”, como vocablo en uso entre los mozárabes con formas correspondientes al castellano “carrizo”, y al catalán “carritx”, y valenciano “carris”, y que procede del latín CAREX, CARECTUM, “Id.” (Usado al parecer con este sentido, por Virgilio en su Egloga 3ª.) (Cfr. Simonet, Glos., p.107).

Y en la página 204 de “El Origen Ibero-Tartésico del Euskera”, escribí: <En mi opinión es vocablo prerromano y de origen vasco-ibérico y me parece evidente su relación con el Carrica de Castellón, que traducimos por CARR-ICA = “el alto del camino”, el Carracedo del Bierzo, que traducimos por CARR-AZ-EDO = “camino de piedras”, Carrasqueta, (puerto de montaña) de CARR-ASQ-ETA = “camino del peñascal”, etc.

Carricola lo traducimos por CARR-IC-OLA, de Carr = camino, IC variante de IZ, IS, o IK = sobre, y OLA = sobre el alto, choza, o fabrica, etc. Con el significado de “¿sobre el alto del camino”. Cuando llegas a Carricola, viniendo desde Atzeneta, ves que sobre un alto de unos 400 m, se encuentran las ruinas de un antiguo castillo, que casi con toda seguridad, es de “este alto del camino” de donde toma el nombre el pueblo.

Que CARR significa camino en ibérico lo tengo bastante claro. En vasco Karrika es “callejuela”, y en valenciano calle se llama “carrer”, y del mismo origen de camino parece bastante claro que son también las palabras “carro” “carreta”, “carruaje”, y “carretera”, etc.

b) Antoni Jaquemot

Ya te dije que Carrícola significa “la torre cuadrícula su forma. Carro es celta nada que ver con el ibérico del cual no sabes ni leerlo ni entenderlo. Alguien crees que repitiendo lo que escribes nos convences?

c) Javier Goitia

De cuadrículas se menos, pero eso de que “kerr” sea un concepto IE que significa correr y que el carrus latino es préstamo del Celta o del Galo, se lo creerán los que carecen de argumentos. Los que trabajamos el Euskera a escala micrometrica, tenemos en “garrai” el concepto de mover arrastrando, como se ha hecho toda la vida hasta anteayer, los mismos británicos, llaman “carpet” a las esteras y alfombras, porque sobre ellas se arrastraba TODO.

Así, “kar ga” es lo que no se arrastra, lo que llevas sobre el lomo.

Tenemos que ser críticos con las bobadas que dicen y replican los diccionarios, elementos que nos valen de niños y para hacer ejercicios, pero para la investigación son como la arena en las cajas de grasa de las locomotoras. Quien sepa de trenes, ya sabe lo que quiero decir.

Nuestro “burdi- gurdi” actual es un neologismo ñoño como casi todo lo de los diccionarios. “ Karr-u” era la angarilla de transportar y “karru “ se quedó cuando le pusieron ruedas (inútiles durante los primeros mil años o hasta que hubo caminos) . No está tan lejana la epentetica y sucedánea rueda, hija de la (k) arru eda, como la arro pa ( por ropa).

d) Jesus Gonzalez Artabe

Cuando no hay camino pero también cuando están demasiado embarrados se utilizaba la narra. Al menos en el valle de Orozco

e) Antoni Jaquemot Ballarin

karro, kharro, karroin es HIELO. Lo de arrastrar es NARRA como el coll de Nargó. “lugar de cambio de narras”. La escala micrométrica de un idioma no puede ir en contra del mismo idioma. En cuanto a la toponimia puntual no tiene porqué describir el entorno de su lugar. Aljub es un aljibe y Jubalcoi es una pedanía de Elx, o sea un lugar y ‘coi’ es un adjetivo de la cisterna. ¿No hay lugares que pueden llamarse “pozo grande” o “pozo protegido” sin tener en cuenta dónde está situado?

El carpet inglés procede del francés carpette que significaba tapiz para embalar. Nadie puede saber como se hablaba en un lugar determinado hace diez mil años. Los ecos de sus habladores no se han podido detectar, al menos por ahora. La tecnología avanza, quizá alguien lo oirá.

f) Javier Goitia

Gracias Antoni, pero si hojeas uno de mis 20 diccionarios verás lo que decía ya hace siete años de la karroña y su desprecio por los cazadores del “Paleo”, por sea abatida hace tiempo, esto es, fría.

Si es posible saber algo de lo que se hablaba hace diez o sesenta mil años, para eso, como para cosas donde interviene el arte, hace falta herramienta, pringue y un cierto don que se diluye cuando se consultan libros gordos sin suficiente espíritu crítico.

Yo te aseguro que el vapo-vaporis del Latín, procede del humilde “u apo”, esto es, agua expandida, lo mismo mismito que el sapo, ese batracio tan denostado que tiene dos componentes, “sa”, pellejo y “apo”, expandido; claro, si no se ha andado de noche y tropezado con un sapo inflado, el sabio no es más que un tonto mareado y no relaciona nada.

El Latín, el Osco, el Humbro, el Galo, el Celtorro, el Thamazig que manejó yo, el resto de las que llaman latinas y un gran trozo de las germánicas, no son más que un montón de papeles desordenados y trozos de piedra y metal que sólo Dios sabe si era bueno o malo, tonto o espabilado quien lo ordenó y quien lo ejecutó. El resto, una cosa que los amantes de la matemática odiamos: EXTRAPOLACiON, Algo así como seguir pintando con el bote de pintura sucio porque ha caído en el otro color. Una servidumbre horrorosa de lo que llamamos pomposamente cultura y que no es más que la tentación de seguir por la trocha.

Sin el pentagrama del Euskera, todo eso es material de hormigonera, que no tendrá forma hasta que un buen molde lo reciba.

Lo siento, pero yo ya ando de vuelta. No hace falta una gran hormigonera, sino sentido crítico muy desarrollado y conocimientos de muchas áreas para que los moldes no sean bodrios.

g) Jon Goitia

Me sumo al pueblo investigador, os envío mi visión de “roquero, amigo de las rocas” de CARRICOLA, así a “vuela pluma”

“Historia. Tiene su origen en una alquería musulmana que el rey Jaime I cedió junto con la torre del Castellet –que hoy se encuentra en el término de Palomar– a Berenguela Alonso en 1270. En 1273 pasa, también por donación del rey conquistador, al obispo de Valencia. La baronía de Carrícola fue vinculada, en 1477, por el cardenal Lluís Joan del Milà i Borja y recaló posteriormente en los Orense y los Tamarit. Fue lugar de moriscos y contaba antes de la expulsión con 56 casas.”

Ya estamos con el rollo de “unos árabes” que montaron una aldea, luego llego el rey Jaime I, y al final quedaron unos moriscos, cosa que no dudo, pero eso no es CARRICOLA, opino que se debe tratar de GAR = grande + I = muchos + KU = cúspides, cumbres + OLA = redondas, GARRIKUOLA > CARRICOLA.

Hay varias zonas aspirantes al “topo”, unas en el extremo de esa montaña alargada, otras hacia el centro, las marco en las “fotos”, los “topos” se han de leer en euskera primitivo, con el que fueron descritos, y verse su significado.

Recordar que el topónimo no ha de estar en el mismo lugar donde se erigio, quizás miles de años más tarde, la población.

Hay otras zonas con curvas, ¡Buscarlas y apareceran!

h) Javier Goitia

Aupa Erramon y otros investigadores y curiosos. Hay vientos que quieren marginar la Toponimia, pero son vientos “etesios” porque la ven muy grande y no saben por donde meter el cuchillo.

Efectivamente, la Toponimia es un registro inmenso, ubicuo, que llega hasta los fondos marinos y que reparte el mundo en cuatro o cinco dominios que no hay disciplina parcial que pueda explicar semejante pasado tan extenso y sabio.

Las disciplinas parciales son como las tiritas para un poli traumatizado como es nuestra piel de la tierra. Valen para pasar el rato, dar charlas, emitir hipótesis dispersas, pero son cromos sueltos que hay que ordenar para que tengan sentido.

El sentido, sigue una de las leyes que manejamos los aficionados a la Geología, la del Actualismo, por la cual, lo que ahora es absurdo, antes lo era. No hay motivo alguno para pensar que nuestros predecesores fueran más tontos que nosotros, por eso, los nombres de lugar que han debido de sobrevivir a mil erosiones, son, sobre todo, lógicos, coherentes y proporcionados. No hay nombres que se eternicen porque un capullo cortará la cabeza a un caballo ni porque Diana lanzará una flecha y la clavará en un peñasco.

Mientras no se siga analizando la micro grafía del Euskera, pero también de sus lenguas cercanas que guardan tantos secretos como ella y mientras no comencemos a acercar las numerosas disciplinas en las que nos liamos, estaremos meando fuera del orinal.

Hay mucha sabiduría encriptada en los miles de nombres que conocemos (por ejemplo, Saboya) Y en los millones que desconocemos (por ejemplo, Barcarrota)

El comienzo no es tan difícil como parece, solo hay que tener la broca afilada con el ángulo de incidencia adecuado y el taladro a las revoluciones recomendables.

Que conste que me gusta incluso la Historia a la que desde que era niño la llamaba “ chistoria”.

i) Antoni Jaquemot Ballarin

Como dijo alguien, el principio de todo es el hombre (y la mujer, claro, faltaría plus) y nosotras y nosotros somos los que damos los nombres a las cosas que hay y que creamos, si edificamos un castillo con una alta torre cuadriculada queda ahí. Si a su alrededor se crea una población es lógico que reciba el nombre del castillo que es lo primero que ve uno /una. Muchachos, ni la geología ni su entorno evita que nosotros denominemos las cosas a nuestro interés.

j) Javier Goitia

Antoni y demás, como muestra de mi absoluta desconfianza de esa forma que dices en la cual se ponen los nombres, te adjunto un papel escrito en 2014, al que no le quito hoy ni una coma. Se destina al castillo y peña de Oreja sobre el Tajo.

Quien tenga curiosidad, que destine siete minutos a lo que a mí me llevó siete años.  Oreja en la toponimia

Salut y bona actitut.

k) Inizituak

Buenas tardes a todos y todas:

Vemos que está muy animado el debate sobre CARRICOLA.

Desde nuestro punto de vista no hay que indagar demasiado para detectar dos formantes claramente euskericos: KARRIKA +OLA.

KARRIKA significa CALLE en más de una lengua. En origen, la raíz es HARRI, PIEDRA, que utilizada en movimiento constituye la raíz del verbo EKARRI, que es TRAER o LLEVAR. KAR es la raíz prehistórica que hace referencia al ARRASTRE DE PIEDRA. Tal y como decía Javi este significado primario prevalece todavía en muchas lenguas. En castellano ACARREAR; en inglés CARRY.

En cuanto a OLA no nos cabe duda de que hace referencia a un concepto de interés utilitario y productivo. Equivocadamente se cree que significa chabola, por los asentamientos de los pastores. Sin embargo, el concepto OLA se refiere a la producción de dicho lugar.

OLA es un formante muy presente en topónimos y apellidos vascos.

En este caso, CARRICOLA lo entendemos como las construcciones de piedra a modo de CARRILES o CALLES de AGUA cuyo objetivo era utilitario. Constituía una industria, al igual que todas las  OLAs que encontramos en toponimia.

Esto es, hace referencia al sistema de acequias y arcadas que existe en la zona. Además, las últimas investigaciones apuntan que los sistemas de regadío en la zona  Valenciana son anteriores a la llegada de los árabes, e incluso a la de los romanos. Una construcción tan relevante podría haber dado el nombre al lugar.

l) Josu Naberan

Según mis investigaciones, los formantes de FRÍO, HIELO, PARÁLISIS… son GEL/JEL (en monosil), y LEI/LERA, GORMA/HORMA (el “IGLÚ” euskérico)

KAR/GAR/KAL/GAL ya es otra cosa diferente que tiene que ver con el monosílabo KA , que se está emparentado con el ibérico KE  = alto, de altura, sagrado (UR´GE), etc.

m) Jabi Goitia
Anda cerca el bombardeo previo a la infantería… nuestros antepasados conocían muchos tipos de frío, como los conocían algunos topógrafos a los que he acompañado en mi medio siglo de profesional de lo que ahora llaman “el medio físico” y con los que me he quedado yerto.
El más general, es “el” y cuando un pescador que llega de madrugada y dice “elata nator “  (Vengó yerto), no trasgrede nada. “El” es el frío superficial, como “karr “ es el interno y el “gelum” del Latín no es el padre del “hielo” que los parásitos de la academia han floreado con una hache que no dice “na”, (el verdadero nada del Castellano), sino “i” “el a”, agua congelada, ese i, que no tengo diéresis para coronarlo..

“Le i” su especular, es lo mismo, agua helada antecesora del cristal (leí) y de la ventana, “lei oe “ lecho para él vidrio, nada de ventear una casa que ya se venteaba por el tejado…

“Or” en una de sus acepciones sufijales (señ or, ait or, tut or, bal or, am or…) es indicador de altitud, elevación física o moral, aunque puede anteceder como en “or ma”, lo que crea altura…

La sacralizad no la he pillado nunca, si bien estoy cociendo un gran pote con ese “de” tan poco estimado hoy por hoy.

Estamos en un remolino y el acercamiento es inminente aunque sea en el vórtice y algunos queden lejos.

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