El ADN
Luigi Luca Cavalli-Sforza, fue el precursor en la lectura de la evolución humana mediante las moléculas celulares. Analizando proteínas de los grupos sanguíneos de diversas poblaciones del mundo determinó con cierto grado de aproximación el árbol genealógico humano. Los posteriores análisis con técnicas más sofisticadas y ADN confirmaron sus cálculos. Luego vendrían los trabajos de su equipo en la Universidad de Stanford con el ADN del desparejado cromosoma masculino Y, mientras en Berkeley el equipo de Allan Wilson localizaba a la denominada Eva mitocondrial.
Cavalli-Sforza estudió también la evolución cultural y las relaciones existentes entre los genes, los idiomas y los pueblos. Los genes parecían acompañar a las lenguas o viceversa. Allá dónde había fronteras lingüísticas generalmente las había también genéticas. En su opinión: “Cabe destacar que la región que mejor podría representar a los descendientes de los primeros europeos de la época en que llegaron los neolíticos es la de los vascos. Este pueblo habla una lengua muy distinta de la de la mayoría de las poblaciones europeas, que pertenecen a la familia llamada indoeuropea. La hipótesis ya había sido sugerida en los trabajos de Etcheverry, Mourant y Ruffié, publicados en las décadas de 1940 y 1950. Nuestro análisis está totalmente de acuerdo con esa suposición, y revela que es bastante probable que los vascos desciendan directamente de los paleolíticos (y de sus sucesores mesolíticos) que vivían en el suroeste de Francia y el norte de España antes de la llegada de los neolíticos.
Steffen Openheimer, director del departamento de Biología Molecular de la universidad de Oxford, Inglaterra, basándose en muestras de ADN analizadas en 10.000 personas, afirmó en el año 2006: “En el fondo, esta es una historia muy sencilla, porque los hombres hacen lo mismo que los animales y las plantas: durante las glaciaciones bajan al Sur y cuando los períodos glaciares cesan, vuelven a subir al Norte. Durante la última gran glaciación, los principales refugios fueron la región vasca, Italia, los Balcanes, Moldavia y Ucrania. Cuando los hielos comenzaron a remitir, hace unos 15.000 años, tal como hicieron los animales y las plantas, también los cazadores y recolectores de la época comenzaron las migraciones hacia el Norte. Desde Ucrania se dirigieron hacia Rusia, desde los Balcanes subieron el Danubio, desde el País Vasco fueron remontando la costa atlántica y se dirigieron hacia Francia y las Islas Británicas (…) teniendo en cuenta la totalidad de la población de las islas británicas, el 75% tiene sus orígenes en la población procedente de la región vasca, cifra que se eleva al 90% en el caso de Irlanda y desciende hasta los dos tercios si la referencia es Inglaterra. La huella genética vasca es también relevante en Francia pero, si cruzas el canal crece enormemente. La imagen genética de esas personas que remontaron la costa atlántica está mejor conservada en las islas, porque cuando el nivel del mar subió las convirtió en una especie de cápsulas del tiempo de aquella migración inicial (…) en las décadas de 1940 y 50, Mourant y Watkins presentaron trabajos genéticos al respecto. Ellos sugerían algo parecido, aunque centrándose en los grupos sanguíneos. Así que, concluimos que la población de Europa occidental es muy antigua y no ha cambiado demasiado. Y sin lugar a dudas, es infinitamente anterior a la llegada de los celtas y a la invasión anglosajona. El profesor Venneman, que es lingüista, defiende que el idioma principal de aquella Europa occidental era un proto vasco, el antepasado de vuestro euskera actual (…)En el trabajo de Rosser, la población más cercana a los vascos está en Cornwall, seguido de cerca por el País de Gales, Irlanda, Escocia, Inglaterra, España, Bélgica, Portugal y el norte de Francia.”
A las mismas conclusiones han llegado investigadores contemporáneos de la talla de David Goldstein del University College de Londres y Dan Bradley del Trinity College de Dublin.
El genetista Spencer Wells, director del proyecto genográfico de National Geographics concluye que genéticamente los vascos son indistinguibles del resto de los Iberos. Hecho confirmado por el investigador de la Universidad Pompeu Fabras de Barcelona, Jaume Bertran Petit.
El 6 de marzo de 2012, National Geografic publicó un estudio más preciso en el que afirma que el patrón genético vasco tiene peculiaridades locales y que es anterior a la llegada de la agricultura a la península ibérica. El estudio, publicado en el American Journal of Human Genetics fue dirigido por Lluis Quintana-Murci, investigador principal del centro regional de Europa occidental del proyecto Genographic.
Las conclusiones publicadas por investigadores del famosísimo yacimiento de Atapuerca, basadas en el ADN nuclear, van en la misma dirección, haciendo hincapié en aspectos genéticos de otras poblaciones que los Vascos no poseen.
Sin embargo, la Biogenética sostiene que más del 99% del ADN es compartido por todos los seres humanos y que la pequeña fracción que nos diferencia es producto de las llamadas mutaciones.